Mientras hundo pasivamente los cuadritos de mi teclado, con un ritmo demencialmente lento y profundo, me sumerjo en el frío río de las palabras que van surgiendo..., y navego por el oleaje que las acerca al sentir de mis yemas.
De repente emergen temidas sensaciones, emociones que no deberían asaltarme…
Es entonces cuando con un largo suspiro de aquí a la eternidad despido la congoja, apago el monitor y me salgo de ese río empapado de sensaciones, sensaciones que nunca quise tener.
Sucede cada vez que pretendo escribir sobre lo que amo y no está, se ha convertido en un ritual nocturno e involuntario.
Imagen: https://goo.gl/1t4FAp
A veces pasa, amigo. La nostalgia no puede eludirse. Ella se esconde en los rincones oscuros para asaltarnos cuando estemos desprevenidos.
Así es amiga @aleli, gracias por comentar.
Un abrazo!