Amigos de steemit aquí les dejo esta breve reseña acerca de un maravilloso libro que habla sobre uno de los grandes cantantes latinoamericanos de los años 60, el venezolano Felipe Pirela. Fue publicada inicialmente en la Revista Nacional de Cultura que se publica desde hace más de 70 años en Venezuela. Queda a su consideración para que conozcan un poco sobre este libro extraordinario.
Este estremecedor libro no hace sino corroborar lo que siempre hemos sabido: las voces de nuestros cantantes populares son mitos susurrantes que viven en nuestros corazones. Felipe Pirela, aquel negrito maracucho que con su hieratismo y su sonrisa bonachona conquistó América; aquel muchacho de voz infalible y dulcísima que se erigió en un coloso, pero cuya vida tormentosa lo hizo sucumbir en el lugar común de la muerte temprana y absurda. Felipe, a pesar de que compartía la tarima con el guarachero Cheo García y con el maestro Billo, tuvo una vida siempre mucho más cercana a la de los rock stars de los setenta. Pero la estridencia no estaba en los riffs de las guitarras, ni sus excesos estaban en el LSD, más bien la trampa estaba en su propia fragilidad, tal vez en el fondo Felipe seguía siendo el maracuchito que cantaba en bares calurosos con los Happy Boys; a lo mejor la fama le tendió una emboscada de la cual salió mortalmente herido. La vida de Felipe fue, qué duda cabe, como uno de sus boleros: desgarrada y febril, melodramática y elemental.
El joven investigador Luis Ugueto hurga en la liturgia escénica de uno de los estetas más exquisitos y prolíficos del bolero: Felipe Pirela, una voz que se sostiene en el “vibrato” de las miserias y la celebración del Caribe como lo hicieran también Benny Moré, Daniel Santos, Ismael Rivera, La Lupe, Tito Rodríguez, Celia Cruz, Héctor Lavoe y algunos otros semidioses del panteón de la sabrosura. Con este libro se devela un culto, justificado por el hedonismo y la bohemia, que se diluye en las calles de Barranquilla, Caracas, San Juan y cualquier otra comarca del bochinche caribeño. Ese culto a Felipe nace de un no sé qué que merodea como un murmullo. Una lánguida penumbra que se extingue entre las luces que encienden la tarima. En palabras del propio Luis nos damos cuenta de que en definitiva hay una sola cosa que le obsesiona en Felipe: “Lo más importante es el arte, no es lo otro. Yo nunca supe nada de lo que había sucedido con Felipe Pirela, hasta muchos años después, cómo había sido su vida. Lo primero que me interesó y es lo que todavía me interesa y lo que me conmueve es su voz.”
Lo que es la vida es en cierta forma un libro de arqueología del mundo del espectáculo de una Venezuela todavía un poco cándida y prejuiciosa. En esa Venezuela le toca desarrollar su carrera a Felipe, en esa Venezuela le tocará al ídolo sortear los escollos de los enanismos espirituales de quienes lo rodeaban, las pequeñas mezquindades humanas que nunca faltan en ningún ámbito de la vida. Esta extraordinaria biografía abarca la vida del cantante desde su infancia en Maracaibo, sus primeros pasos con el conjunto que había formado junto a sus hermanos y otros muchachos del barrio (los Happy Boys), su primer viaje a Caracas amparado por la fe inquebrantable que la madre tenía en su talento, su paso por distintas orquestas hasta llegar a la Billo's, su carrera como solista, hasta su temprana muerte en la Isla del Encanto, perforado por una bala con su nombre.
Esta obra nace de una minuciosa pesquisa detectivesca emprendida por el autor a través de la prensa de farándula de los años sesenta y una pequeña parte de la de los cincuenta y setenta. A esto se suma una cantidad de entrevistas personales a algunos de los personajes, incluyendo sus hermanos, que estuvieron cerca de Felipe. Alrededor de este material se van descubriendo: sus primeras carantoñas con la fama, su ascenso vertiginoso hacia la cúspide y sobre todo el amargo e injusto trato que recibió del público venezolano en medio de la vorágine que significó su matrimonio y posterior divorcio, y esto en contraposición con la idolatría que en muchos países de Latinoamérica se le seguía profesando al súper astro zuliano.
Lo que es la vida también es un libro de la historia de Venezuela, de esa historia que no nace del impulso épico de ningún héroe de mirada aguileña sino que se despeña desde un whisky 12 años. Es la historia que se desmigaja como corazón herido de botiquín, como melodía rompiente de la soledad. Una historia de cómo transcurría la verdadera historia mientras la grandilocuencia y el ruido hacían de las suyas en la parte de afuera de los bares y los salones de baile.
En este libro de Luis Ugueto se descubre el viacrucis de un artista inconmensurable, la tenacidad de un artesano del bolero que tejía en su canto un cosmos alelado y vital sin el que los latinoamericanos no pudiéramos vivir: el cosmos de los dolores del corazón enamorado y desengañado. En este libro también descubrimos que el discurso bolerístico de Felipe es irremediablemente el discurso de sus fragilidades y sus angustias. Hay en su voz susurrante un fluir y un letargo intenso y secreto, una cosmogonía de night clubs que hacen de Felipe un artista como pocos ha habido en Venezuela.
Extraordinaria voz la de Felipe Pirela, el bolerista de América. Muy recordado en estos tiempos , ¿por qué será? Bueno tu post @cantantecumanes
Muchas gracias @marcybetancourt por comentar. Un abrazo.
Entre tu amor y mi amor, debe existir la verdad... Excelente interprete de boleros. Saludos
Gracias por comentar @vverde Saludos y bendiciones para ti
Cantante de voz extraordinaria. Marcó toda una época.
Así mismo es @sandracabrera un artista inmenso gracias por comentar.
@cantantecumanes, haces una agradable presentación crítica del libro de Luis Ugueto (que no he tenido la ocasión de leer), pero, sobre todo, una rememoración y homenaje a esa figura trágica de la canción latinoamericana y caribeña, que fue nuestro Felipe Pirela, cuya voz de tono doliente sigue resonando en nuestra afectividad.
Gracias @josemalavem me alegra que haya comentado profesor. Muchos Saludos
Gracias @josemalavem me alegra que haya comentado profesor. Muchos Saludos