Es el descontento, señor Presidente. Ese sonido que hay en la penumbra de los barrios no es una celebración, eso que se escucha es el golpe del cubierto contra la cacerola para manifestar el descontento de una sociedad cansada de la tortura constante, el descontento por las mas de 70 personas fallecidas en la oscuridad impenetrable que acecha cada rincón de los hospitales abandonados, llamando con eso a la muerte. Entienda, no lo celebran, no son gritos de victoria, pero si son de ánimo, ese oscuro ánimo que lo invita a irse y soltar aquello que hace mucho dejó de pertenecerle.
Esos gritos que se escuchan en la noche son para espantar el terror de las más de 24 horas de oscuridad que a usted le atribuimos. Entienda que no le damos las gracias por volver inútil la tecnología, no le agradecemos el obligarnos a estar en familia; a leer; a sentarnos en las aceras de nuestras calles... ¡No tenemos que celebrarlo algo que sucede y surge por la necesidad de distracción que su incompetencia nos ocasiona!
Se escucha a la sociedad que sufre, no que celebra, porque a usted nadie lo está celebrando, repito, solo lo estamos animando a hacer lo siguiente: ¡Coja sus corotos y váyase porqué aquí nadie lo necesitas!; estamos gritando y haciendo sonar nuestras cacerolas en esta penumbra para decirle que estas prescindiendo de sus servicios como presidente, porque alguien que hace que su pueblo pase tristezas y muera constantemente por la negligencia del abandono, no merece llevar el título de Presidente de una Nación
Caracas, 8 de marzo de 2019 9:28pm
Aquí les comparto un texto personal de cuando estabamos cansados de vivir como murciélagos. Texto de mi propiedad, escrito por mí
La foto le pertenece a un buen amigo mío llamado Romher.