¡Hola amigos!
Como les comente en mi post de bienvenida, actualmente estoy residenciada en Perú, debido a la complicada situación que atraviesa Venezuela en este momento.
Para los que conocen un poco Venezuela, para llegar a la frontera con Cúcuta desde mi isla es un viaje aproximado de 2 días, sumándole los 5 días de viaje hasta Lima, fue un viaje agotador, sin duda.
Llevando el dinero justo para una comida al día, llegue a Lima un 4 de Octubre, pleno inicio de la primavera, y aunque un año después no me afecta casi, el frío de los primeros días era insoportable, y solo llevaba en mi cartera 5$.
Afortunadamente, tenia un cuarto alquilado para llegar, al ser solo 4 paredes, me toco lo que a muchos, dormir en el piso el primer día, estaba muy triste por ese motivo, hasta que me di cuenta que a muchos les ha faltado algo tan básico como un lugar donde dormir, y poco mas de un año después, agradezco mucho haber tenido ese techo, esas sabanas y esa persona que me cubrieron la primera noche en Lima.
Me vi obligada a comprar una torta, llamado popularmente keke en esta zona, para venderla y poder comer ese día, con la ilusión de encontrar un trabajo al siguiente día, dichosamente, lo logré, al tercer día ya contaba con un trabajo "estable".
Utilizo comillas en la palabra estable porque, como la mayoría de los trabajos en Perú, ninguno es estable como tal.
Y allí estaba yo, comenzando a trabajar como moza, azafata, mesonera, o como deseen llamarlo, en un lugar llamado Gamarra, sin saber que a mediados de noviembre la locura iba a comenzar...