El cómo hacer que la sociedad “funcione” es una problemática a la que se han hecho diversas propuestas a lo largo de la historia del pensamiento. En La Republica de Platón encontramos una propuesta similar a la tratada en la película. Una sociedad dividida jerárquicamente en tres clases: en la parte inferior, la clases de los trabajadores manuales; la posición intermedia han de ocuparla la clase de los guerreros; por último, la clase dirigente, compuesta por los filósofos o sabios.
Tanto la posición platónica como la propuesta en el largometraje (separar a los habitantes en facciones con una tarea asignada) adolecen de un mismo error: proponer un sistema de gobierno tan “idealmente” estructurado, que suprimen la condición “realmente” necesaria para la consecución eficaz del bien del hombre: la libertad. "El problema es la naturaleza humana", dirá la villana de la película.
A pesar de los acontecimientos ocurridos en el siglo pasado, las ideologías que prometen alcanzar una “sociedad perfecta” sigue manteniendo un carácter tentador. Mientras se considere a la sociedad como una especie de "ente subsistente", y se pierda de vista que su funcionamiento está directamente vinculado a la “calidad humana” individual, dicha propuesta mantendrá su validez. Ciertamente, no se trata de fomentar un individualismo exacerbado –posición más frecuente en nuestros tiempos que la colectivista desordenada-; se trata más bien de procurar que, a diario, tomemos una mayor consciencia de las repercusiones que tienen cada una de nuestras acciones en el entorno del que somos participes.
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@cdcm2112 necesitamos más divergentes, soy fanática a esta serie las tengo todas y las veo me gustan mucho.
Efectivamente @sandra89, se trata de una serie muy buena. La propuesta es muy humana: vencer esquemas impuestos externamente, haciendo uso de las habilidades que nos hacen únicos.
Totalmente de acuerdo: ¡hacen falta más divergentes!
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