Pero... ¿y qué es la cultura?. Es uno de esos conceptos que usamos muchísimas veces sin tener muy claro en qué consisten. Fernando Cervigón dirá que a la palabra cultura le han sido asignados los más variados significados y ha sido objeto de las más diversas opiniones, desde su identificación con el término civilización hasta el de considerarla un producto de la educación, viniendo a ser considerados sinónimos una persona educada y una persona culta.
Acudiendo a su definición etimológica, la palabra cultura proviene del verbo latino colere, es decir, “cultivar” (la tierra). En este sentido, se admiten acepciones como “estado de adelanto o progreso intelectual o material de un pueblo o una nación” y “resultado o efecto de cultivar los conocimientos humanos y de afirmarse por medio del ejercicio de las facultades intelectuales del hombre”. Por otra parte, el verbo colere presenta otros significados como “venerar” y “honrar”, derivando en el sustantivo culto (en sentido religioso) que significa “reverente y amoroso homenaje que se tributa a una cosa en testimonio de su excelencia”.
La cuestión acerca de la cultura ha sido el centro de la reflexión de la antropología socio-cultural, desarrollada a lo largo del siglo XX. Desde esta disciplina se han propuestos diversas definiciones. Por ejemplo, Dawson afirma que la cultura es “un modo de vida, un particular ajuste del hombre a su medio ambiente y sus necesidades económicas”. Por su parte, E.B. Tylor, identificando los términos cultura y civilización, dirá que se trata de “todo el complejo que comprende, a la vez, las ciencias, las creencias, las artes, la moral, las leyes, las costumbres y las demás facultades y hábitos adquiridos por el hombre en cuanto miembro de la sociedad”. Por último, para F. Boas la cultura “abarca todas las manifestaciones de las costumbres sociales de una comunidad, las reacciones del individuo en cuanto afectado por las costumbres del grupo en el cual vive, y del producto de la actividad humana en cuanto determinadas por estas costumbres”.
En el término cultura pude diferenciarse dos sentidos fundamentales: uno subjetivo y otro objetivo. Subjetivamente, según Mathieu, la cultura será “el ejercicio de las facultades espirituales mediante las cuales éstas son puestas en condiciones de dar los frutos más abundantes y mejores que su constitución natural lo permita”. Desde una perspectiva objetiva, “la cultura estará constituida por los frutos adquiridos por el hombre mediante el ejercicio de sus facultades, ya sean espirituales u orgánicas”.
Considerando su dimensión subjetiva, notamos como la cultura interviene en el proceso de formación de la persona humana. Vemos como nuestra constitución corporal no solo depende del tipo de alimentación que tomamos, sino también de las “costumbres” alimenticias de nuestra cultura. Se entrecruzan en la vida humana la biología y la cultura: sin la cultura el hombre es un ser biológicamente inviable. Asimismo, es en este sentido que el término cultura se aplica al individuo humano: una persona culta es una persona cultivada, sabia, que se ha perfeccionado a sí misma desde el punto de vista intelectual. Por tanto, la cultura en sentido subjetivo hace referencia al desarrollo intelectual y moral de la persona.
Ahora cuando nos referimos a la dimensión objetiva de la cultura hablamos-usando palabras de Hegel- del conjunto de objetivaciones del espíritu. Entendemos por objetivaciones del espíritu los productos elaborados por el hombre, expresiones de su racionalidad y libertad: las obras de arte, la producción literaria, las instituciones jurídicas o educativas, el lenguaje, los avances tecnológicos, etc. Entendida de este modo, la cultura es una realización objetiva-material, definida- de la naturaleza humana -racional, libre- y por ende, no se trata de un producto único y uniforme. Cada realización cultural dependerá de unas condiciones históricas, geográficas, religiosas, etc., dando como resultado diversas expresiones propias de la naturaleza racional del hombre. Un ejemplo paradigmático es el del lenguaje. Es natural en el hombre la capacidad para comunicarse, sin embargo, la realización concreta de esa capacidad varía según la cultura del “hablante”, manteniéndose abierta a nuevas posibilidades expresivas.
Como puede observarse, ambas dimensiones se complementan y han de ser consideradas en su función perfeccionadora de la persona humana. “Si relacionamos -afirma Juan Cruz Cruz- los aspectos subjetivos y objetivos de la cultura, comprobaremos que se da una estrecha correspondencia entre ellos, pues la finalidad de la cultura objetiva es la cultura subjetiva. El hombre cultiva y humaniza el mundo para cultivarse y humanizarse a sí mismo; cultura significa humanización del hombre y del mundo”. Juan Pablo II, con otras palabras, recordaba la misma idea: “la cultura es aquello a través de lo cual, el hombre en cuanto hombre se hace más hombre, es más, accede más al ser (…). El hombre vive una verdaderamente humana gracias a la cultura”
Fuentes utilizadas:
¡@cdcm2112! Muy bueno el contenido, sigue asi!
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¡Hola @dimitarcv!
Muchas gracias por revisar el post y por tu comentario. En efecto, se trata de un concepto "esquivo". Comparto tu opinión acerca del carácter subjetivo del término, sin perder de vista que la dimensión objetiva del mismo, ayudando al anclaje con la realidad, enriquece aún más la noción.
Abrazo grande y todo lo bueno para ti también.
Hola, Carlos! Lamento haberme acercado a tu escrito a destiempo pero eso no trasciende de manera que no pueda comentarte que es muy interesante. Recuerdo que un profesor una vez me dijo que la cultura había pasado de un acto de honra hacia el humano más alto a solo un telón de fondo en donde se proyecta cualquier acción humana por más estúpida que esta sea.
Creo que los italianos y su tradicionalismo han comprendido bien esto, haciendo referencia al tiempos antiguos, a los verdaderos hombres y mujeres... a la tradición, al cultivo como actitud primordial enfocada a los valores más altos.
Un crítica aguda la de tu profesor. En efecto, el cambio de viraje de lo objetivo a lo subjetivo-propio de la "modernidad"- permite que se llame cultura a manifestaciones que ni logran capturar lo bello, ni perfeccionan la naturaleza humana.
Comparto tu opinión rspecto al pueblo italiano. Con altas y bajas-propias de la condición humana-, su depósito cultural es admirable.
Como siempre, agradezco un montón tus comentarios @israleve.
¡Abrazo grande!
Muy interesante este post sobre culturas del mundo, desde luego han sido una autentica referencia en lo que somos hoy día. Recomiendo https://culturas10.com/ para leer mas sobre diferentes culturas y su religion, pintura, aportaciones, etc...