Es conveniente tener en cuenta que el proceso de búsqueda debe hacerse de acuerdo con las características del lugar donde se investiga, el número de investigadores que participan en el caso y las condiciones del espacio que se va a inspeccionar. Todos estos métodos pueden utilizarse de manera aislada o combinadas, dependiendo de cada caso en particular y teniendo en cuenta áreas abiertas, cerradas o mixtas. La aplicación indistinta de las técnicas citadas estará encaminada a localizar la mayor cantidad de indicios en el menor tiempo posible.
Si se considera la extensión y el tipo de terreno o edificación donde se encuentra el lugar de intervención, y la naturaleza del delito que se investiga, deberá establecerse el mejor método de trabajo para la inspección técnico-ocular del lugar, ya que en determinadas oportunidades los indicios son muy obvios y fáciles de localizar, pero existen otras que requieren una búsqueda más detenida y sistemática. Por ello se aconseja optar por alguno de los siguientes métodos:
Método de franjas o líneas.
Consiste en hacer un rastrillaje sobre un espacio a campo abierto; es ideal para grandes dimensiones. Requiere de varias personas dispuestas en línea y que avanzan hacia adelante en una misma dirección, de norte a sur; de este a oeste o viceversa. De hallarse algún elemento de inmediato se da aviso al responsable del equipo sin tocar aquél.
Método de la cuadrícula o rejilla.
Similar al de franjas, con la diferencia de que este método brinda una doble cobertura, de este a oeste y de sur a norte, formando un cuadriculado en el terreno.
Método de zonas, sector o cuadrante.
Este método es ideal para lugares abiertos, consiste en dividir el terreno en zonas y en asignarle una codificación o numeración a cada cuadro o zona. Se hace de la siguiente forma: I. zona inmediata de importancia; II. zona contigua; III. otras zonas. En los lugares cerrados se hace dividiendo por habitaciones, y cada una de ellas por zonas, las cuales pueden ser: pisos, muros y techos. Una vez que se haya hecho así, se procederá a la inspección de cada una de ellas y, en caso de que se encuentre alguna evidencia, se hará mención del cuadro o zona que se ubicó.
Método radial.
Este método se puede utilizar si se considera que la zona es circular o tiene forma de rueda, con un punto central; el desplazamiento se hace a lo largo de los radios de la circunferencia. Se inicia en el centro que ha sido designado previamente y que es donde se halla la evidencia principal hacia la línea de circunferencia.
Método espiral o círculos concéntricos.
Se recomienda en espacios pequeños, un solo investigador puede realizar la búsqueda, que se inicia tomando un punto focal seleccionado, dependiendo del tipo de hecho delictivo. La búsqueda se realiza del centro a la periferia o viceversa, caminando en espiral en la zona de búsqueda, desplazándose en el sentido de las manecillas del reloj o viceversa.
Método punto a punto.
Este método se puede utilizar en espacios pequeños y cerrados. Se ubica una evidencia y, a partir de ésta, se marcan los demás elementos que se vayan encontrando en el lugar.
Técnica libre.
Consiste en que el investigador interactúa en el lugar de intervención de forma libre, en función de su experiencia y las características del lugar. Es utilizado en espacios pequeños y cerrados; la característica de este método es que permite al investigador realizar la fijación y recolección de evidencias a medida que las encuentre en el lugar, siempre y cuando no afecte el orden en que son halladas. No es un “método” recomendado porque no es sistemático.
BIBLIOGRAFÍA:
Manual de buenas prácticas en la escena del crimen, segunda edición, 2012
Instituto Nacional de Ciencias penales (INACIPE) y Academia Iberoamericana de Criminalística y Estudios Forenses (AICEF).