Saludos a mis amigos de Steemit. Los juegos tradicionales no deberían extinguirse nunca y más de cuando venimos de un pueblo y formación plenamente familiar y de compartir. En esta oportunidad quiero contarles sobre los diferentes juegos (de todo tipo) que teníamos en mi tierra natal y que hoy en día es algo extraño para la generación que nos debe suplir. Que podemos esperar, los tiempos cambian y las generaciones se olvidan de lo típico por ir detrás de lo tecnológico.
¡Comenzamos!
Gurrufío o Furri Furri.
En mi pueblo nos inventábamos cualquier tipo de juego con tal de ser felices y pasar un buen rato con nuestros amigos de infancia. Este juguete lo hacíamos normalmente con una chapa de botella aplastándola con cuidado de dejar el borde filoso, se le hacían dos huecos en el centro y pasábamos a través de ellos un hilo y se aseguraba con un nudo en sus extremos. Con movimientos circulares hacíamos que la cuerda se ”enroscara” en ella misma y abriendo y cerrando un poco nuestros brazos, la chapa giraba desde adelanta hacia atrás y viceversa. Al sonido generado de la chapa en movimiento le decíamos ”furri – furri”. En algunos lugares lo hacían con un botón para ropa del tamaño preferencial.
Metras o Canicas.
Teníamos diversos juegos con ellas. El típico era hacer un hoyo pequeño en el patio de un vecino o donde hubiera un terreno algo plano y empezábamos a jugar. Consistía primero en hacer entrar la “metra” o canica en el huequito hecho para poder golpear con la misma a una de los demás jugadores y como recompensa por eliminarlo, te pagaba una canica. Dentro de los juegos con metras, estaba un juego que llamábamos ”cuadro”, que no era tan diferente al otro pero con la excepción de que había un límite de juego; si el jugador pasaba la canica fuera del cuadro automáticamente perdía el juego o como decíamos en el pueblo: quemó la “metra”. En conclusión, sacar a tus oponentes del cuadro para ganar la mayor cantidad de metras.
Trompo.
Uno de los juegos favoritos. Aunque en la mayoría de las veces que jugábamos trompo casi el 80 por ciento salíamos molestos entre todos. Porque como es costumbre, hay un jugador que no es bueno y termina siendo la víctima. Empezábamos con un círculo con dos líneas formando una cruz y lanzábamos el trompo, entre más cerca del centro menos probable era perder y colocar el juguete del perdedor para comenzar la partida. Se fijaba una meta a la que llevábamos el trompo del perdedor del momento golpeándolo con el de los demás jugadores, siempre y cuando este no se ”revelara”, el revelado era cuando un jugador lanzaba el trompo para golpear al otro y si este no “bailaba” perdía y pasaba a colocar en sustitución del perdedor.
Una vez que se hace el circuito entre ir y venir al círculo donde empezamos, el perdedor coloca su trompo para que los demás jugadores le demos los “quiñes” con sus trompos. Esos “quiñes” no son más que golpear al trompo del perdedor con la punta de metal de su trompo amarrado a la cuerda.
Volante.
Con una tabla delgada se hacía una raqueta parecida a la Ping Pong con detalles del que la elaboraba con la intención de que fuera la más bonita y lucirla ante los demás. Con un corcho o en el carreto de hilo de coser, se metían varias plumas, tres o cuatro dependiendo de cómo volara mejor y con un clavo “cabezón” de tapa. Este juego es parecido al Bádminton pero como más artesanal por lo que se usan materiales que conseguíamos en el patio de nuestras casas: una tabla vieja, plumas de las gallinas, un carreto de hilo y un clavo. Qué maravilla de juego.
Escondite y la coronita.
Los dos juegos tienen la misma finalidad: esconderse y tratar de liberar a los que fueron descubiertos. La tradición dice que al que consigan de ultimo en el juego, ese debe contar para que los demás se escondan y así sucesivamente. Nosotros como niños inventábamos nuevos juegos y nuevas reglas, así que empezamos un tipo de escondite nuevo, ”la coronita”. Al igual que el anterior, el que estaba quedando en vez de contar le tapábamos los ojos y alguno de los jugadores le dábamos un golpe suave en la cabeza, le descubríamos los ojos y este trataba de adivinar quién lo golpeó y le daba una penitencia que de debía cumplir hasta llegar a donde fuera enviado y regresar el poste mientras el resto se escondía. En caso de que no adivinara, entonces él mismo debía cumplir su propia penitencia. Aquí es donde cambian las reglas, en el anterior dijimos que el último en salir perdía; en este juego perdía o “quedaba” como decíamos nosotros en el pueblo, al que descubrían de primero, de modo que obligaba a todos esconderse bien y no andar dejándose ver para no perder. Y como regla de oro, el último en salir sin ser descubierto liberaba a todos los demás.
Que buenos tiempos pasamos de chamos en ese pueblito, jugando en la calle sin preocupación de nada más escuchar el grito de tu mamá para que entres a bañarte y a dormir porque tenías clase al siguiente día. Nada de inseguridad, nada de gente loca en carros, nada de personas con polvos mágicos que ofrecerte ni con intenciones de secuestrarte.
En mi próximo post estaré escribiendo sobre los otros juegos de los que tuve la oportunidad de compartirlos con grandes amigos que hoy en día nos reíamos de las locuras que hacíamos de pequeños.
Hola @changue, estoy aprendiendo espanol y disfrute leyendo tu blog.
Gracias por tomarte un tiempo y leer. Saludos.
https://steemit.com/cervantes/@miikeruiz/una-historia-que-contar-el-dia-que-conoci-a-greivis-vasquez
Amigo, justo ésto es lo que en Steemit se cataloga como spam, te recomiendo fuertemente que no hagas este tipo de cosas. Si tu artículo tuviera algo que ver con éste donde comentas, se podría justificar que colocaras tu link aquí pero no tiene en absoluto nada que ver, es más ni siquiera sigues a este autor, ni a éste ni a ninguno de los otros en los que colocaste el mismo comentario, o sea que es simple y puro SPAM. Este tipo de cosas enturbia el funcionamiento de esta red. Espero que lo tomes en cuenta.
A que no te acuerdas cómo se llama el guaral del trompo?
Guaral pues jajajajajaja
Nooooo, jajajajajajaja!!! Curricán le dicen en el Zulia 😆 😉 ¡báilame ese trompo en la uña, pues!