DIOS nos creo a su imagen y semejanza. Eso implica que tenemos una gran responsabilidad, ya que alterar o lacerar nuestro cuerpo seria un acto de rebeldía o de vanidad ante los ojos de DIOS.
El cuerpo es el verdadero Templo Espiritual, debemos cuidarlo y tener en cuenta que la Fornicación, la Gula y la Vanidad son pecados y Dañan nuestro Templo Espiritual. Amen.
Saludos hermano @hiroyamagishi
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