Podía suspirar la tristeza de la ciudad
la soledad de aquellos que les tocó dejar a un querido partir
el tormento de los que le robaron la inocencia
la mala suerte del fracasado
la impotencia de ser víctima de la viveza
el dolor de una madre que le arrebataron a su hijo
la vergüenza de la chica que le irrumpieron su integridad como mujer
el tormento del derrotado por la codicia de otros
el corazón en mil pedazos del enamorado traicionado
los sueños rotos de los que tuvieron que velar los de alguien más
el abandono del abuelo no recordado
el desconsuelo mudo por la falta de justicia
el desaliento del que observa a un niño escarbar la basura
la ansiedad del vicioso al pensar que no puede vivir sin ella
el miedo del incomprendido joven al pensar en su futuro
la desmotivación del talentoso al darse cuenta que más importante es el poder
la desesperanza del valiente que está apunto de quitarse la vida
el sufrimiento del juzgado sin ser escuchado
la angustia de esperar a un ser amado en casa
y la incertidumbre de no saber si llegará
la melancolía del que vive aferrado al pasado
el suplicio del que batalla contra una enfermedad
la desilusión del osado que puso en peligro su vida por recuperar su libertad
el padecimiento del que cae y nadie es capaz de estrecharle su mano
el daño del animal que sin motivo es lastimado
el temor del que sabe que la verdadera batalla está en la cabeza
la indignación del que no obtiene lo que le pertenece por el egoísmo desmedido
la aflicción del que violaron sus derechos
la agitación del que tiene un nudo atado en la garganta
el vacío del que se atormenta así mismo por una ausencia
la decepción del que entiende que nada es lo que parece
la desgracia del que perdió a un ser querido por un accidente
la desesperación del loco que siente que nadie lo entiende
el desánimo detrás del rechazo por ser diferente,
sin darnos cuenta que ningún ser humano es igual
la depresión del que pierde todo y sigue observando como la vida sigue,
como nada ni nadie se detiene a preguntar qué le sucede
la nostalgia de muchos como yo al sentir su entorno pisoteado por otros,
al ver que ni sintiendo toda la tristeza de la ciudad algo cambiará.
Pude suspirar todo aquello en un simple segundo mientras miraba en mi ventana, pude sentir la ciudad y sus pesares, entender un poco más lo que esconde una carretera, lo que está entre los árboles, lo que oculta un callejón, lo que se halla bajo un techo, lo que cubre una fachada, lo que está detrás de nuestros ojos, lo que nos hace doler el corazón.
Pude sentir y mientras pueda sentirlo, puedo hacer algo por ello.
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✧ Breve reflexión de cuando suspiré en alguna calle de Caracas, completamente de mi autoría ✧
Fotografías: Philipick / Felipe Romero
Algunos relatos...
“Ni siquiera pedimos felicidad, sólo un poco menos de dolor". —Charles Bukowski
Gracias por el apoyo!!
Muchas gracias por el apoyo!
Este post ha sido votado por el proyecto @templo en su temática literatura
@cocobymarie agradeceríamos un saludo en nuestro próximo reporte de curación que contendrá un enlace a su post
Gracias de verdad por el apoyo <3
Buen post!!!!
Gracias :D
Definitivamente me encanta tu forma de escribir y convertir una idea en arte, un arte que llega al alma. Una vez mas, orgulloso de ti querida Marie<3
Gracias por tu apoyo colega, valoro muchísimo tu opinión. <3
La realidad de un entorno resumida en el microcosmos de tu pupila.
Excelente reflexión.
Saludos