De las madres depende la buena o mala nutrición de nuestros hijos; pues nosotras somos las que decidimos qué alimentos les damos, tanto en la casa como para llevar en su lonchera. Sé de muchas madres que se levantan en la mañana casi a la hora de entrada al colegio y mandan a los niños con el estomago vacío a clases, algunas compran en el camino, otras le dan el dinero para que compren su desayuno.
En la mayoría de las cantinas de los colegios, ofrecen alimentos de bajo valor nutricional (chucherías, frituras, refrescos), lo que contribuye a malos hábitos de alimentación. Esto debe evitarse, porque no sabemos si en estos sitios donde venden comidas, cumplen con las medidas higiénicas durante su preparación.
No lo acostumbres a tomar refrescos o alimentos muy azucarados; si quieres un hijo sano, es preferible preparar sus jugos y alimentos en casa de forma natural bajos en grasas y azúcar.
Si te invitan a una fiesta, o a cualquier reunión familiar, debes darle su comida completa en casa antes de salir, no cuentes con lo que le darán en estas reuniones. De esta manera, no devorará todo lo que consiga a su paso. En los paseos a piscinas, playa o a sitios donde estarán mucho tiempo, llévale su comida y su jugo natural; de esta manera, no tendrás necesidad de comprar comida chatarra ni refrescos.
Comiendo sano, los niños aumentan sus defensas y se evitan enfermedades como: desnutrición, anemia, osteoporosis, entre otros.