Cuando Dios Creó al Mundo e hizo al hombre, de su costilla Creó a la mujer para que fuera su compañera de vida, de hecho la saca de su propia carne de sus propios huesos. La palabra nos indica que cuando ese hombre y esa mujer deciden unirse con el lazo del matrimonio, bajo las leyes de la iglesia de Cristo, saben que esa unión es para siempre, porque nuestra iglesia no permite las disoluciones de unión o Divorcios, están terminantemente prohibidos. De hecho nos lo vuelve a recordar cuando nos dice: que el hombre y la mujer dejaran las casas de sus padres para seguir su propio camino y destino para así formar una nueva familia.
Dios es preciso al recalcar que esa unión debe estar enmarcada dentro de las leyes del amor y el respeto mutuo, no se permiten la infidelidad ni el adulterio, porque Dios juzgará y castigará a los que lo cometan :”Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios”.
"Por tanto, lo que Dios ha unido, ningún hombre lo separe."
Con esto nos previene de que lo que Dios y su iglesia han unido no puede disolverlo la ley del hombre, mucho menos aquellos falsos pastores o miembros de iglesias como la católica, quienes si permiten estas separaciones, lo cual ha originado un libertinaje y falta de respeto a un mandamiento e institución tan sagrada e importante como lo es el matrimonio.