Wes Anderson selecciona su paleta de color tal como lo haría un pintor o un diseñador. Por ello, cada fotograma, por sí solo, es una fotografía de cámara instantánea, una escenografía dramática o una ilustración digital; con un colorido magnético y hermoso. Su arte consiste en estilizar, doblemente, los encuadres y exagerar la realidad, llevándonos a fantásticos universos.
El uso del color, en el mundo de este cineasta, funciona como génesis para la creación y exploración de mundos idealizados, debido a su versión particular de la vida en la gran pantalla. Él es Wes, no es como otro, pues tiene un estilo peculiar que se caracteriza por recrear sus escenarios de fantasía, similar a sueños disparatados.
Incluso en la animación, como bien podemos apreciar en su divertida obra Fantastic Mr Fox (2009), él no se aleja de su carácter y distinción, haciéndonos ver que se trata de mismo autor tras la famosísima película The Grand Budapest Hotel (2014) o la aventurera Moonrise Kingdom (2012); siendo ambas, obras llenas de melancolía vintage y tintes vívidos, dependiendo la ocasión.
En la fotografía de Anderson está presente lo retro nostálgico y una exageración drástica en los pigmentos de las escenas, aventajando a lo real. En consecuencia, por mera apreciación y deleite, a continuación comparto un video, editado por Andrés Peña, que presenta la paleta de colores del visionario de Wes Anderson y cómo utiliza el cromatismo en sus filmes.