Cuando era niño tuve una perrita, de esas que ni raza o "categoría" tienen, pero me acompañó desde que tuve memoria. Tenía muchos muchos años, unos 17 por lo menos, y a ella al igual que a tu gata, llegó a un punto en el que la ceguera, y los demás males la dejaban a veces, recostada contra una pared intentando respirar. Una mañana mis padres la dejaron salir ya que cuando no estaba tan agotada le gustaba salir a olfatear a los alrededores pero cuando llegó la tarde no volvió seguramente se fue tan lejos, y ya que tenía problemas con su olfato, seguramente no encontró el camino a casa. La buscamos con alguno familiares pero ni rastro. Me dolio bastante el no haberme podido despedir, y si me lo preguntas, siempre y cuando uno posea los medios para costear todos los gastos que tiene un animalito enfermo, pues por qué no hacerlo; atenderlo lo mejor posible ya que como bien dices se vuelven parte de nuestra familia. Pero también pienso que si no se tienen esos medios, y ya ni el pobre animalito se aguanta los dolores, de alguna forma él nos dice que es lo que necesita, esa es la conclucion a la que he llegado con lo que sucedió con mi perra en aquella oportunidad; Seguramente nos queria tanto que prefirió marcharse para no darnos el dolor de verla agonizar. Sencillamente desapareció dejándonos con la historia abierta para que nosotros imaginamos que había ocurrido, esa fue su manera de comunicarse y hallar lo que necesitaba justamente para sus males.
Lamento lo que te ocurrió pero valoro que lo hayas asumido con tanta positividad. En nuestro caso creo que ella todavía no nos ha dicho que quiere partir, así que estamos a la espera de que llegue ese momento.
Muchas gracias