¡Interesante! y creo que tu forma es muy apropiada.
Me explico:
No confundamos la imitación con los lugares comunes. TODO arte, disciplina, ciencia, requiere la imitación para seguir construyéndose y encontrando nuevas combinaciones.
Te pondré el ejemplo del jazz:
Este género musical requiere la improvisación, un continuo "crear desde el corazón", de manera espontánea y en un solo momento... Lo que no saben muchos observadores es que ese "crear espontáneo" nació de miles de horas de los músicos de estudiar frases y más frases de sus compositores favoritos, para emplearlas, hacerlas propias, y darles un toque único casi de manera natural, en cualquier canción o circunstancia. Comprenden cómo sus músicos favoritos lograron ese sonido y los jazzistas aprenden a emplearlos en cualquier tonalidad, ritmo o circunstancia.
Lo mismo pasa con las letras. Aprender a imitar es aprender a escribir. Pero no es una imitación parecida a un plagio, es más una apropiación: comprender el sentido y la razón que otros escritores han implementado en sus escritos, y usarlo en los tuyos, con tu toque propio, con una intención personal... como si todos esos autores vivieran en ti y los tuvieras en la punta de tu lápiz, para utilizar uno u otro en una nueva y única combinación para crear tu lienzo. Nadie es dueño de los colores, así como nadie es dueño de las palabras... usa lo que te guste de tus escritores favoritos, pero antes, compréndelo y aprópialo para honrarlos creando nuevas formas.
Escribiré pronto más sobre el tema.
Y sobre la primera pregunta, ¿qué es un lugar común?, creo que puedes encontrar material valioso en la sección de comentarios.
Escribamos,
D.
Plenamente de acuerdo contigo, Daniel: " Aprender a imitar es aprender a escribir." La imitación consciente (y no la inconsciente, servil) es un gran procedimiento para aprender y aprehender las técnicas de los escritores que admiramos. José Balza, un reconocido escritor venezolano, fundamentó gran parte de su obra en lo que llama "ejercicios narrativos", en vez de cuentos o novelas, y en muchos de dichos ejercicios ejerce una mirada, un tono o una trama tomada de otro escritor. Y Bernardo Atxaga, en su libro "Obabakoak", tiene un irónico y muy útil "Método para plagiar", que, por supuesto, no debe tomarse literalmente. Así que, @spavan697, no debes tomarte con angustia la falta de originalidad.
(Hoy seré particularmente breve: hace unas horas nos robaron, a mí y a mi esposa, @adncabrera, las computadoras, entre otras cosas. No pensaba mencionarlo, pero sé que estoy entre amigos y, bueno, los amigos se cuentan esas cosas). Saludos.
Con el propósito de ejemplificarlo, @rjguerra, hace poco transformé un cuento de Andersen como si hubiera fundido el metal de una escultura para crear la mia, no obstante, si los miras con atención, es un completo "plagio" del texto original, aunque la trama, el protagonista, los personajes y la temática sean completamente distintos.
Compartiré ese ejercicio pronto :)
Pasando a la vida real, ¡lamento escuchar las malas noticias! Ojalá todo se reponga sin tantas perdidas.
Por otro lado, no sabía que ustedes eran esposos, ¡talentosos e inteligentes!, y con esa pasión por las letras.
¡Encantado de conocernos más!
D.