¿Qué tiene que ver la vida futura de la humanidad y la gestión de riesgo de desastres?
¡TODO!....
La gestión de riesgo de desastres es todo aquello que hacemos para identificar y conocer el riesgo de un desastre: Incidir para modificarlo, disminuirlo, eliminarlo o lograr la preparación adecuada para responder ante los daños que un fenómeno natural o antrópico cause sobre un sistema expuesto.
La humanidad desde su génesis fue nómada y estaba expuesta a fenómenos naturales que eran procesos cotidianos del territorio donde habitaban. Cuando se activaban esos fenómenos tenían que existir asentamientos humanos en ese momento para ser afectados (su condición de nómada les brindaba bajas probabilidades de estar en el momento cuando se presentaba un fenómeno extraordinario).
Al pasar a ser sedentarios también se incrementó el riesgo de afectación, las personas requerían de condiciones mínimas para la vida: el agua era vital seguida de alimento y refugio. Ello trajo como consecuencia que ya los fenómenos naturales podían afectar espacios fijos como ciudades establecidas. Cuando estos fenómenos naturales no se entendían se generaba un ¡desastre!
Las culturas originarias lo sabían, lo entendían y se adecuaban al ciclo de estos fenómenos naturales tratando de no ser víctimas del comportamiento ambiental. Aún más, estas culturas se servían de ellos en una alianza, por ello los egipcios hace más de 3 mil años se beneficiaba del aumento del caudal del Nilo y sus inundaciones para el abono del suelo y su adecuación para la siembra, no confrontaban a la expresión del territorio se adaptaban.
Los Waraos en Venezuela es un grupo amerindio que habita el delta del Rio Orinoco desde hace más de 7 mil años de antigüedad, y que deben su sostenibilidad a esa relación hombre ambiente. También están los aborígenes Australianos con más de 60 mil años de existencia en su tierra.
Pero ¿cómo queda en este escenario las culturas occidentales?
¡Pues no muy bien!
El hombre tiene la idea errónea de la utilización instrumental del territorio y sus recursos, lo que se interpreta como el sometimiento de las criaturas, de las plantas y de todo lo viviente. Como si se tratara de algo con lo cual no tenemos mayor relación que solo satisfacernos y no fuéramos parte del ambiente o la naturaleza.
No nos importa lo que pase, pues lo que importa es la visión radical antropocéntrica de la vida. Tener mucho y hoy, así no sepamos qué hacer con ello. De esta manera hemos arrasado con bosques y ríos, hemos agotado recursos, extinguido especies y contaminado los océanos, el aire, la tierra y mucho más... Nos cuesta entender que lo que le hacemos al planeta en perspectiva nos lo hacemos a nosotros mismos.
Estoy seguro de que el planeta ha pasado por escenarios más invasivos que la existencia de nuestra especie (los humanos) que nos comportamos como una plaga. También estoy seguro de que el planeta nos sobrevivirá. Llegado el momento, la tierra evolucionará para suprimir aquello que la daña, es un comportamiento natural del ser vivo.
Como ser vivo el planeta tierra ha apostado a diversas estrategias para el desarrollo de la vida. Sin embargo, ha habido 5 grandes extinciones en la historia de nuestro planeta, en la última extinción le había apostado a la fuerza y creó las condiciones para que seres gigantescos caminaran sobre ella, hace 65 millones de años, pero tampoco tuvo éxito. Ahora le apuesta a la inteligencia y ¡no vamos muy bien que se diga!
De manera que cuando hablamos de gestión de riesgos de desastres hablamos de gestión de desarrollo, de sostenibilidad, y siendo un poco radicales, gestión de la vida. Es imposible acá esbozar otras variables que sin lugar a dudas pudieran implicarse en esta breve disertación de nuestra compleja realidad y nuestro futuro. Pudiéramos hablar del cambio climático, pero dejemos este tema para un próximo capítulo.