Hay un tono infantil en el cuento que me parece enternecedor. Una idea que la ilustración refuerza. Por un momento recordé las horas que solía pasar junto a la biblioteca rodande del preescolar para leer los delgados libros de cuentos de hadas adaptados para niños —porque sabemos que la versión original de estos no tiene nada que ver con la forma en que se muestran ahora— y repletos de imágenes. Fue una bella regresión. ¡Muchas gracias por compartir esto!
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