De todos son conocidas las reivindicaciones que solicitan una equiparación salarial, estudios recientes demuestran que los hombres desempeñando el mismo trabajo cobran más que las mujeres, y no son pocas las compañías que han empezado a incorporar estas reivindicaciones dentro de sus objetivos de responsabilidad social corporativa.
Pero estos días ha surgido la polémica, considerando el nuevo rol de la mujer en la sociedad, los nuevos dueños de la F1 han decidió acabar con la figura de las chicas de la parrilla, es decir, las chicas jóvenes y bellas, que luciendo llamativos atuendos publicitaban diferentes marcas en las parrillas de salida o en la calle de boxes de las carreras de coches.
La polémica no está en la decisión de acabar con las chicas de la parrilla, la polémica está en la encolerizada reacción de las chicas perjudicadas, lejos de acatar la decisión, proclaman su derecho a trabajar.
Es interesante observar como la sociedad se posiciona en función de sus propios intereses, mientras las feministas defienden esta medida como un paso adelante en el respeto hacia la mujer, las modelos aducen que se trata de un trabajo digno, y por lo tanto no tiene que ser demonizado y suprimido.
En un mundo claramente dominado por las mujeres, el de la moda, donde los ingresos de las modelos duplican al de los hombres resulta especialmente llamativa esta polémica, porque lo que no está claro, es si los hombres hubiesen promocionado diferentes marcas en la F1 tal y como lo hacen las mujeres, los colectivos feministas habrían protestado también.
Los extremismos nunca han sido buenos, ni en política ni en religión, y en mi opinión acabar con la tradición de las mujeres en la parrilla por sexista es un ejemplo de ello. Quizás deberían poner más hombres a promocionar las marcas, quizás no, pero condenando este tipo de trabajos, vamos a llegar al absurdo en que tengamos que prohibir la profesión de modelo, la aparición de las mujeres en las revistas promocionando productos, etc., y esto solo sería el primer paso, el siguiente seria la equiparación del hombre a la mujer, la prohibición a todo hombre de rodar anuncios publicitarios para vender un producto.
Si es sexista usar mujeres llamativas para vender productos en la F1 no lo es menos usar a David Beckham o Cristiano Ronaldo para vender ropa interior masculina.
Dejemos de prohibir y empecemos a educar, esta sociedad realmente lo necesita
Hemos pasado de la época de las libertades a la de las prohibiciones, todo lo que molesta u ofende a alguién es susceptible de ser prohibido. Una pena.
No veo nada de malo en que las azafatas sigan trabajando, ya me gustaría a mí que me pagasen lo que ellas cobran, si me tengo que poner ropa ajustada también me la pondría, siempre sería mejor que mi mono de trabajo sucio y maloriente jejeje.
jajajaja, es que no es serio, tenemos lo que nos merecemos, tiempo al tiempo entre las azafatas y los que gustan llevar calzoncillos que publicita Beckham y Ronaldo podríamos darles un continente para que vivieran felices, se reproduzcan entre ellos o por el contrario desaparecerá su especie.