"Una vida perdida"

in #spanish7 years ago

Quisiera que existiera una forma una manera de poder verme a mí misma y a mí alrededor desde otros ángulos, pues, solo dos ojos no son suficientes para apreciar la belleza de la vida. Que me dicen de aquella vez en la que me desperté y me senté a ver como mi hermano pequeño jugaba a la pelota, el me vio y me regalo una sonrisa, luego gritó ¡Tiempo! Corrió hacia mí, y me dio un fuerte abrazo, yo me dedique a disfrutar tanto el calor de su cuerpo en mis brazos, los limpios latidos de su corazón cerca de los míos que cerré los ojos y cuando el momento se terminó los abrí para verlo caminar en sentido contrario y volver a su juego.
¿Pero qué me perdí?
Me perdí ese segundo en el que mis ojos tristes se llenaron e brillo e iluminaron tan intensamente todo el alrededor que mi hermano lo notó y me regalo una sonrisa, que sin darme cuenta le di otra a cambio y le abrí los brazos. Me perdí ese segundo en el que el al llegar a mis brazos respiro profundamente y también cerró los ojos. Y me perdí ese bonito retrato de los dos siendo uno solo en un abrazo.
También está aquella vez en la que mi mamá llego con varias bolsas y una sonrisa después de un día de trabajo, pero yo tenía fiebre, ella me metió a bañar, yo me queje y llore hasta que no puede más, me acosté a dormir mientras ella calmaba mi fiebre poniendo paños de agua fría en mi frente, al otro día me desperté mucho mejor, me vestí, desayune mientras veía mi programa favorito y luego le di un abrazo apresurado porque ya estaba alguien abajo esperándome para llevarme al colegio.
¿Y qué me perdí?
Me perdí cuando el bombillo que alumbraba el camino a las escaleras para llegar a casa se apagó porqué lo habían dejado un mes prendido, día y noche, y que veinte minutos después llegaba mi madre cansada de todo un día de trabajo y aun así venía con dos bolsas llenas de comida porqué ya no había nada en la nevera. Me perdí cuando se distrajo un segundo pensando en mi y en que por fin podría descansar en la tranquilidad de su casa y no vio el escalón con el que tropezó y tuvo que seguir subiendo con un fuerte dolor en la rodilla. Me perdí esos quince minutos que paso afuera de la casa tomando aire y reuniendo fuerza para poder dedicarme una sonrisa al yo abrirle la puerta para que no me preocupara por ella. Me perdí ese segundo en el que su sonrisa se transformó en angustia al darse cuenta de que tenía una fiebre altísima y que tal vez a ella le dolió mucho más verme llorando. Me perdí ese retrato de una madre cuidando a su hija toda la noche. Y a la mañana siguiente me perdí su sonrisa tras ojeras porque estaba mejor aunque no le haya dado las gracias.
Y para finalizar, la realidad de todo esto, es que, la sumatoria de todos esos segundos es igual a una vida perdida.
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Guao, que profunda reflexión, ojala pudiéramos ver mas allá, cuantas cosas nos perdemos.