Que tiempos tan duros, sangrientos y crueles aquellos donde jugaban a ser Dios juzgando a culpables e inocentes, quitándoles la vida mediante torturas y desenlaces llenos de agonía e injusticia. De un lado el torturado y de otro toda una tribuna festejando el cruel acontecimiento entre aplausos y algarabías. Me alegra no haber nacido en esa época tan difícil. Saludos amiga @edurley muy buen relato!!!
Gracias amiga por tu apreciado comentario y apoyo, realmente fueron épocas muy duras, gracias a Dios no nacimos en esos tiempos de tortura, saludos.