Cata: un lugar para regresar.

La Bahía de Cata, es una paradisíaca costa venezolana, ubicada en el estado Aragua, a unos 58km de Maracay aproximádamente.

Esta playa es una de las preferidas por los turistas, debido a su inigualable belleza y lo acogedora que resulta. Particularmente, no creo cansarme nunca de visitarla.

Un semicírculo de aguas cristalinas y arena blanca, enmarcado por infinidad de palmeras, deleitan la vista a cualquiera. Además,esta costada es abrazada en toda su extensión las montañas del Parque Henri Pittier. Lo que brinda la sensación de haber escapado a un destino hawaiano sin salir del país.

Para llegar a la bahía hay que atravesar el Parque Nacional Henri Pittier, el cual ocupa la mayor parte de la zona norte del estado Aragua y buena parte del noreste del estado Carabobo. Este parque es, sin dudas, uno de los escenarios boscosos más grande y hermoso del país.

El único detalle, es que la mayoría de sus carreteras son muy estrechas, y para aquellos a quienes las curvas sumadas a alturas representen un problema, se les hará un poco largo el viaje. Sin embargo, les aseguro que una vez comiencen a divisar desde arriba la impresionante bahía, la emoción les avivará el recorrido.

Les recomiendo, —por experiencia—, que traten de parar en la carretera antes de bajar a la bahía, el panorama es increíble, se puede apreciar el alcance y gracia de la bahía en toda su expansión. Inolvidable.

En Cata hay servicio de salvavidas, posadas, pequeños restaurantes, estacionamiento, alquiler de toldos, lanchas y sillas. Todo para una cómoda visita turística. Sin embargo, la mejor experiencia la obtienen acampando.

Las veces que he visitado la playa lo he hecho de esta manera. Nadie debería dejar de perderse, las noches de cielo estrellado ni los amaneceres despertando con el sonido del fuerte oleaje y el olor a arena húmeda.

Sin lugar a dudas, Cata es un destino al que hay que regresar.