La última vez que fui rebelde fue cuando decidí salir de una Iglesia en la que ya no pude seguir creyendo gracias a nueva información. Decidí salir de una manera pacífica y sin causar estragos. Claro que hubo personas que no entendieron y algunas que se ofendieron o salieron lastimadas.
Pueden leer más sobre esto en mi blog titulado El Gancho Mormón.