Aún recuerdo aquel día, cuando llegue por invitación de Leonal Gomez, (un amigo). Al entrenamiento y capacitación para formar parte de algo que marcaría una parte súper importante en mi vida.
Comenzando me pareció algo estúpido, gente gritando y comportándose como los propios locos, sin pena alguna que se burlasen de ellos. ¿Qué rayos es esto? Me preguntaba mentalmente, hasta quise abandonar por el simple hecho de no pasar pena.
Empecé a asistir a los entrenamientos por salir un poco de lo cotidiano, por divertirme y pasar un rato agradable burlándome de los demás. “Era algo malvado”
Hasta que me empezaron a exigir que debía comenzar a interactuar en el círculo recreativo, “lo tome como un reto”. Lleve a cabo un entrenamiento oculto, con la ayuda de uno de los coordinadores (Leonal), me enseño muchas canciones y algunas dinámicas, sobre todo a perder la pena.
Así que en poco tiempo, siendo uno de los nuevos, empecé a resaltar por mi rápida evolución, había mucha competencia y mi objetivo era hacerme notar entre ellos para quedar seleccionado entre los que se llevarían a un campamento durante 3 días a presentar las últimas pruebas, donde escogerían a los mejores para empezar a trabajar en un plan vacacional.
Logre mi objetivo en el campamento, fui nombrado como uno de los dos más destacados y además de recibir el cargo de “Guía”.
Comenzó el plan vacacional y aun yo seguía sin caer en cuenta sobre la responsabilidad que es cuidar a un niño. Fue entonces cuando mis niños campistas me bautizaron como “El panda del bosque encantado”, (Bosque encantado era el nombre de la empresa).
Después de haber pasado cuatro días compartiendo con ellos y de saber la historia personal de cada uno, surgió un lado sentimental que no podía creerlo, había creado un lazo de amistad y hermandad con los niños. El quinto día era la despedida y no pude contener las lágrimas, los abrace a todos y les dije cuanto los quería. En pocas palabras los niños me cambiaron a mí, cambiaron por completo mi manera de ver las cosas.
Desde ese entonces comprendí, que la recreación no es para estúpidos como yo solía pensar, que es ese lugar donde puedes sacarle sonrisas a los pequeñines que pueden estar pasando por muchos problemas en su hogar, que puede estar siendo abusado/a y llevando maltrato por parte de sus propios padres u/o algún otro familiar.
Así que si optas alguna vez en tu vida por ser un recreador, no lo hagas por el dinero “aunque lo estés necesitando”, hazlo por cambiar la vida de ese niño/a desde el primer día que lo dejan en tus manos, se un amigo, hermano, hasta un mismo padre con ellos.
¿Saben que es lo mejor de todo?
Que aun después de 4 años, esos mismos niños que recreaste, se acuerden de ti cuando te ven en la calle y salen corriendo a darte un abrazo, esa es la mayor recompensa que puedes recibir como recreador, o que los chicos más grandes de 15 años te digan: el año que viene tendré la edad para hacer el curso y convertirme en un buen recreador guía como lo fuiste conmigo.
Guuuuaaaoooo, es allí cuando te dices a ti mismo: Lo hiciste bien campeón, buen trabajo.
¿Si te preguntas que más se obtiene de todo esto?
“Una familia”
Espero les haya gustado esta pequeña, pero gran parte de mi vida, bendiciones a todos.
Que bonito <3
Gracias guapo