Foto: GoFundMe
Tristen Rush tenía solo cuatro semanas cuando sus padres, Aaron y Angie Rush, supieron que le diagnosticaron retinoblastoma en 2015.
Pero eso fue solo el comienzo de lo que vendría para la familia Rush, ya que los padres de Marietta dieron la bienvenida a dos niños más después de ese año, Caison en 2017 y Carter en 2019, y ambos también fueron diagnosticados con el cáncer de ojo, que se forma en la retina durante la primera infancia.
Aaron y Angie ahora están lidiando con los astronómicos gastos médicos que vienen con el tratamiento de tres niños que luchan contra el cáncer
mientras su familia continúa presionando para obtener más fondos para la investigación del cáncer infantil.
Con el tercer diagnóstico, la familia habló con los médicos y descubrió que el retinoblastoma. Según la Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU., los investigadores estiman que un tercio de todos los diagnósticos de retinoblastoma son hereditarios y causados por mutaciones en el gen RB1, que es un gen supresor de tumores.
Aunque es raro, el retinoblastoma a menudo es curable cuando se diagnostica temprano y se trata con prontitud.
El Dr. Thomas Olson, director del programa de tumores sólidos en el Centro Aflac de Cáncer y Trastornos de la Sangre de Children's Healthcare de Atlanta, confirmó ABC News que el cáncer que tienen los hermanos es hereditario.
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