En nuestra mente convergen una serie de factores que se traducen todas en pensamientos que necesitan ser codificados a favor de nuestros intereses, por lo que psicológicamente siempre vamos a relacionar al ser humano como esa especie capaz de sentir y actuar, en dicho proceso existen ratos de desanimos que son superados solo por esa capacidad que poseemos para recuperarnos de los malos sentimientos, como lo es la motivación.
Siempre vamos a querer estar motivados, pero nunca decimos lo difícil que eso resulta, ya la motivación no nace de la nad, es decir existe una energía detrás de ella, por lo que podemos concluir que la motivación termina siendo un bien demasiado preciado, no conseguimos la motivación a la vuelta de la esquina, la motivación se sufre, se entiende, se trabaja, pero sobre todas las cosas tenemos una lucha perenne por nunca perderla, pero si de casualidad nos desmotivamos, es importante que tengamos en cuenta que el real elemento motivador es nuestra mente y saber que siempre tenemos objetivos que perseguir y conseguir.