Al caer la noche la chica volvió a su casa, parecía cansada traía puesto un suéter gris con un dibujo de Mafalda, la caricatura argentina, le quedaba muy lindo, también traía el cabello húmedo y no parecía haber llovido en toda la tarde; ella se desvistió hasta quedar solo en pantaletas, agarró todo lo que había en su cama incluyendo la blusa del cactus y lo puso en una mesa al lado de la cama, tomó una franela azul de un motón de ropa que estaba en un rincón del cuarto, y se la puso, evidentemente no era de su talla, parecía una bata, tenía un estampado de zootopia, una película que estaba de moda, se dejó caer en la cama cual árbol recién talado, respiró profundo y prendió la televisión, la miró por unos minutos, aunque parecía no prestarle atención alguna, hasta que sus ojos se cerraron y así se quedó hasta el amanecer.
Ya era de día, la chica abrió un ojo, luego el otro, se relamió los labios y cogió su teléfono que estaba debajo de su cama, al ver la pantalla de este brincó de la cama, tomó un pantalón y se lo puso, exclamó algo como: “¡Dios mío el examen!”, aunque no se le entendió muy bien porque aun balbuceaba del sueño, miró la franela del cactus que estaba en la mesa donde la había dejado la noche anterior, dijo: “será luego, no tengo tiempo” tomó el bolso que ahora no parecía tener tanto peso y salió apurada de su cuarto.
Otra vez de noche, la chica llego con su franela de zootopia, su bolso abierto, y de nuevo su cabello húmedo, agarró una toalla y salió del cuarto, regresó envuelta en la toalla, cerró la puerta con pasador y se desenvolvió; busco en un cajo donde había ropa interior, tomó unas pantaletas blanca y se las puso miro alrededor y vio la blusa del cactus la tomó, la abrió entre sus manos al frente, la miro y dijo: “es linda, veamos si es cómoda”; así, sin más, se la puso y a la cama con la misma rutina de la noche anterior.
Está amaneciendo, esta vez suena la alarma del celular la chica lo toma y detiene el ruido, deja pasar cinco minutos dando vueltas en la cama y se levanta, va al baño, se mira al espejo y dice: “estoy horrible”, aunque a mí no me parece, si esta desarreglada, acaba de despertar es normal, pero no está horrible, ella se lava la cara y regresa a su cuarto escoge un pantalón se lo pone y coge su bolso va hacia la cocina y busca en la nevera un tasa con comida, la mete en una bolsita junto con un tenedor desechable y al bolso, luego va afuera toma una toalla que parece que se ha estado secando toda la noche en la reja de un aire acondicionado, ahí también hay como especie de una faja la agarra y regresa al cuarto abre un cajón y busca unas balas de plomo las mete en la faja y al bolso, lo cierra y nos vamos.
La rara estudia, fuimos a la universidad. El tiempo parecía eterno, las clases son muy aburridas. Ya nos íbamos por fin a casa, salimos de la universidad y… Ay no! otra universidad! Cuando haremos algo divertido como ir al cine… cada minuto en clase parece una hora, creía que esa era la última clase y… sí, era la última por fin, salimos y fuimos a tomarnos un café que terminó en una torta gigante de un sitio que se llama crocanticas que está dentro de la universidad.
Ya era de tarde, creí que ahora si nos íbamos a casa… ¡no! ¿Ahora qué? ¿A dónde íbamos? Ah, una piscina, excelente, me encantan las piscinas, la chica se cambió, se quitó la blusa del cactus, el pantalón y se puso un traje de baño, le queda muy bonito, agarró la faja con las balas de plomo se la puso y ¡al agua!... NOOO! Te hundirás! es plomo!…
¡Wow, que hermoso! Hacían entre varias chicas figuras con sus cuerpos flotando en el agua, con fajas de plomo ajustadas a sus cinturas, en serio, era hermoso, muy raro y diferente, pero hermoso.
El entrenamiento terminó, la chica se cambió, de nuevo se puso su ropa, metió todo lo mojado en una bolsa plástica, en el bolso y partida, ahora si ya nos íbamos a la casa. Llegamos, la chica saco la bolsa de su ropa mojada y tiro su bolso abierto dentro del cuarto y fue a llevar lo mojado fuera saco la balas de plomo de la faja, y tendió todo en la reja del aire, fue adentro, se desvistió y salió del cuarto, regreso cogió de nuevo unas pantaletas del cajón, se las puso igual su franela de zootopia y a la cama, ya saben el resto.
Esta chica rara es muy interesante, aunque parece una hippie, estudia doble, lo cual no parece fácil, la admiró por eso, también nada de forma muy artística, con pesas y no se ahoga; ¡eso es un logro!
Me frustra cuando me cambia por el traje de baño, pero me gusta verla hacer lo que hace; yo soy el cactus en la blusa y creo que esta rarita y yo nos llevaremos bien, aunque casi no me utilice, puede ser divertido cuando lo hace… pronto escribiré más sobre mis aventuras con la chica rara.
Si leíste la historia completa, te darás cuenta de que no estoy demasiado cuerdo, porque todo en exceso es malo... #ElDeLaBarba
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Cortesia de pinterest
Linda y entretenida historia.