¡Hola, Hivers!
Últimamente, he estado tratando de desconectarme los domingos o sábados para alejarme un poco del mundo digital y de las redes sociales. Siento que, en este ritmo frenético de estar siempre conectado, es fácil olvidar la importancia de la tranquilidad y la reflexión personal.
Durante los últimos dos domingos, he adoptado una rutina más tranquila, reflexionando sobre la semana que pasó y pensando en cómo puedo mejorar mi mente y mi compromiso con las actividades diarias.
"He hecho cosas como ver 2 películas en 1 día", tiempo sin hacerlo.
Este tiempo de desconexión me ha permitido enfocarme en los proyectos en los que estoy trabajando y pensar en cómo llevarlos al siguiente nivel.
Uno de los hábitos que más me ha ayudado en este proceso es la visualización de las tareas pendientes y las tareas fijas para la semana. Aunque estoy tratando de desconectarme, no he dejado de pensar en como puedo ir más rápido en la realización de actividades importantes en mi vida laboral.
Este balance entre la desconexión y la planificación es fundamental para mí, para ver si logro mantenerme productivo y enfocado.
Crear momentos de calma
A veces, nos contagiamos del estrés y la actividad constante que nos rodea. Recuerdo que, hace un tiempo, mis domingos eran tranquilos y evitaba cualquier tipo de actividad que me conectara al mundo digital. Sin embargo, con el tiempo, caí en la trampa de la hiperconectividad.
En estos últimos domingos, he intentado recuperar esa calma. He dedicado tiempo a actividades simples pero significativas, como leer un libro, dar un paseo o simplemente disfrutar de un buen café o cerveza, sin la distracción intensa del teléfono o la computadora.
Estos momentos de más tranquilidad, sin hacer nada, me han permitido recargar energías y enfrentar la semana con una nueva perspectiva.
El poder de la reflexión
La reflexión es una herramienta poderosa. Me he dado cuenta de que, al tomarme un tiempo para pensar en la semana que pasó y en lo que quiero lograr en la semana siguiente, puedo mejorar mi enfoque, por lo tanto, mi productividad.
La reflexión sobre mis tareas finalizadas y los hábitos nuevos que me debo tomar me ayuda a estar más comprometido y a encontrar soluciones más creativas para lograr más productivo.
Además, la reflexión me ha permitido identificar qué actividades me aportan más valor y cuáles son simplemente me roban mucho tiempo. Es importante entender bien el trabajo y la vida personal, especialmente en un mundo digitalizado.
Energía renovada para los lunes
Gracias a esta rutina de desconexión y reflexión, mis lunes han cambiado un poco. Los lunes evito reuniones o revisiones de tareas, y en su lugar, me concentro en las tareas fundamentales o que son de mayor impacto.
Empiezo la semana con energía renovada, dándolo todo en mis actividades principales. También inicio los lunes estudiando un tema nuevo para despertar la mente y prepararme para los retos de la semana.
Este enfoque no solo me ayuda a ser más productivo, sino que también me permite comenzar la semana con una mentalidad positiva y motivada.
Estoy probando este enfoque por un mes para ver cómo me va. Replantear mis hábitos y cargar energías los domingos parece ser una estrategia que me ayude a mejorar. Aún estoy en proceso de adaptación, pero ya empiezo a notar los beneficios. La idea es mantener esta rutina y evaluar los resultados al final del mes.
Es importantisimo de desconectar, nuestra mente aveces necesita respirar y disfrutar de las cosas más pequeñas, como la naturaleza, pasear e incluso de una conversación con otra persona (No por el teléfono, en persona) eso ayuda a nuestro cuerpo, alma y mente, eso nos llena de mucha energía.
Es correcto es abrirnos a nuevas enegias o simplemente renovarlas.