Quizás hoy o ayer, o todos los días sean días para celebrar y demostrarle nuestro amor o quizás recordar que gracias a ella es que existimos…
En fin, el 22 de abril se celebra mundialmente el día de la Tierra, día dedicado a la concientización y cuidado de nuestra madre.
Su origen en 1970 establece el inicio del movimiento ambientalista moderno, cuando 20 millones de norteamericanos tomaron las calles, parques y auditorios para manifestarse por un ambiente saludable y sustentable.
Generalmente es un día en donde se tiene la oportunidad de recordarle al mundo la importancia de conservar, cuidar y preservar la naturaleza y sobre todo el darnos cuenta del valor que ella representas para nosotros.
Desde sus inicios, el Día de la Tierra logró una coincidencia política que parecía imposible, contando con el apoyo de distintas tendencias y posición económica, así como personas comunes, magnates y líderes sindicales. Tanto así, que la celebración mundial condujo a la creación de la Agencia de Protección Ambiental (EPA) de Estados Unidos de Norteamérica, así como la aprobación de leyes relacionadas con el aire y el agua limpia, y la conservación de especies en peligro de extinción.
Considero que TODOS LOS DIAS, deberían ser días de la Tierra y que cada uno de los 365 días del año deberíamos de demostrar que somos personas consientes, poseedoras conocimientos ambientalista y capaces de generar un cambio positivo en la sociedad para mejorar muchas de las situaciones que afectan al ambiente actualmente.
Tristemente esto se vuelve un poco confuso y difuso, debido a que estamos sumergido en un sistema que nos atrapa y nos lleva a continuar uno detrás de otro, convirtiéndonos en una sociedad hundida en el consumismo y el derroche.
Cada día que pasa, necesitamos mucho más de nuestra Madre Tierra, que es la encargada de proveer cada uno de los materiales y elementos que tenemos en nuestra vida cotidiana. Por eso es importante darnos cuenta, de una vez por todas el gran daño que generamos.