Título: Beyond I: Born
Géneros: Ciencia ficción, Drama, Fantasía, Acción, Filosofía, Suspenso, Gore.
Autor: E.S.Esquivel.
Ha llegado la hora de que el nacimiento se expanda.
Chris Moore ha vivido ocultando su verdadera naturaleza de la sociedad. Tiene poderes que no alcanza a comprender y de los cuales desconoce su origen o el límite en el crecimiento de las habilidades que le confieren. Solo hay meras menciones de gente como él en mitos y leyendas, seres llamados Dioses en la antigüedad, Ángeles y Demonios en las religiones y a los que en la actualidad la cultura popular reconoció como Superhéroes. Sin embargo, a Chris no le incomoda no saber el origen de sus cualidades, le inquieta su presente y su incierto futuro, pues tras varias tragedias que lo harán encontrarse con sí mismo, se vera obligado a hallar la manera de seguir con su vida y tomar decisiones que forjarán su camino.
Un camino al que se unirán personas que al igual que él han sufrido mucho, cada una con ideologías diferentes, y que serán soportes y obstáculos durante la travesía que Chris enfrentará. Un trayecto donde la luz y la oscuridad se vuelven imperceptibles, donde la personas demuestras ser grises pero en distintos matices y donde los colores se ven afectados por los contornos más violentos e inhóspitos que las decisiones pueden generar. Solo hay dudas para Chris y sus compañeros, solo hay misterio para una sociedad que cada vez más pierde la esperanza y solo hay oportunidades para aquellos que se mueven en las sombras y que quieren sumir todo en el eterno caos.
La oscuridad y las coloraciones contrastaron. El caos entra en contienda contra el orden provocando que muchos sangren.
Y sus ojos con luces de colores colisionarán entre sí para preservar aquello que creen correcto... aunque algunos se equivoquen.
Capítulo 1: La sombra y la sangre
Una noche no es solo oscuridad, sombras existen en la penumbra, individuos se mueven entre las frías tenebrosidades que carcomen el corazón de los frágiles e inundan en la desesperación a los más fuertes. Un nacimiento ocurre en la degradación, justo después de la muerte a manos de un frio hielo en el corazón. No se trata de ser un héroe, los humanos siempre se reducen a los impulsos, siempre compuestos de deseos; ira que ruge, dolor por la perdida, codicia, e inclusive un ideal que añoran. No se trata de hacer lo correcto, se trata de las decisiones, y que tan oscuras escenas regirán el camino. Donde la sangre está tan ligada a las tinieblas, que las sombras se teñían continuamente de rojo.
Eran más de las doce de la madrugada y, para ser la ciudad que nunca duerme, las calles de New York gozaban de una gran calma, casi estando desiertas, como las afueras de un pueblo fantasma. Pero eso no significaba que no ocurriría nada en esa a primera vista, apacible noche; ya que era en la fría oscuridad cuando el crimen y la delincuencia salían a flote a seguir en su labor de traer la decadencia a la gran ciudad. Desde hace varios meses, el crimen en New York ha sufrido un aumento drástico y ocurrían asesinatos, asaltos, robos y secuestros, casi a diario. La policía trabajaba arduamente para encargarse de todo, pero muchas veces las situaciones se les salían de las manos. Esa noche estaba a punto de suceder algo en los muelles.
Los muelles de New York eran un lugar donde cotidianamente desembarcaban contenedores, los cuales solían llegar con todo tipo de cosas; desde el más simple paquete de mensajería, hasta la mercancía y productos de alguna empresa privada. Esa noche, un grupo de empleados de una mafia esperaban un cargamento especial.
El grupo constaba de 5 hombres de entre los 20 a 40 años de edad. Trabajaban para la familia criminal “Lapsus”, una mafia que surgió recientemente y la cual se encarga de la venta de drogas en la ciudad, convirtiéndose en un fuerte competidor de la familia del crimen más grande de New York: la familia “Primus”. Las mafias estaban en constante conflicto y continuamente se producían enfrentamientos entre ellas, convirtiendo a las calles de New York en campos de guerra, causando como daño colateral la muerte de personas inocentes. Las víctimas se acumulaban como rocas en un despeñadero sin fondo descubierto. Los hombres usarían un camión de carga para transportar la mercancía que esperaban. Luego de buscar el contenedor y comprobar que no había nadie en los alrededores, abrieron las grandes puertas del contenedor para comprobar su contenido. Ellos se miraban un tanto intranquilos, vigilaban sus espaldas con gran preocupación, como si las sombras pudieran moverse y atacarlos.
Ellos encontraron de manera satisfactoria lo que les encargaron recoger, en el contenedor había un grupo de mujeres y niños traídos desde algún país europeo. Estas personas fueron secuestradas para trabajar como esclavos en uno de los numerosos laboratorios de drogas esparcidos por la ciudad. Hicieron entrar a las pobres víctimas de secuestro en la parte de atrás del camión de carga y se dirigieron hacia el lugar donde debían llevar a esa desafortunada gente. Luego de manejar por unos 20 minutos, el camión llegó a su destino. Los hombres habían llegado a una casa abandonada en los barrios bajos de New York. Ellos debían permanecer ahí hasta que su jefe les diera otra orden.
Apenas entraron pudieron notar que aquella casa llevaba abandonada desde hace mucho, pues la mayor parte de las paredes estaban en mal estado y tenían varias grietas. No había electricidad y la oscuridad inundaba el lugar. En la casa no había ningún mueble o algún objeto de decoración. Luego de inspeccionar algunas habitaciones de la residencia, los hombres llevaron a las mujeres y niños secuestrados al sótano en donde los encerrarían en una pequeña e improvisada celda y echando a un lado cualquier material que pudiera darles eventualidad de escape; quitaban la esperanza y la posibilidad de un futuro libre.
—Ustedes dos, quédense aquí —ordenó el hombre encargado del trabajo, señalando a dos de los criminales que lo acompañaban. Ellos se dirigieron miradas de inquietud, no obstante asintieron al presentir que no tenían más opción—. Si quieren, diviértanse un poco con las mujeres, traten de no marcarlas tanto, pronto van a trabajar.
Después de dejar como guardias a dos de sus hombres, se dirigió con los demás que restaban hacia la sala de la casa. En ese sitio no había sillas o algún mueble para que los hombres reposaran y tuvieron que conformarse con el polvoriento y desgastado suelo de madera.
— ¿Estaremos aquí durante mucho tiempo? — preguntó un hombre, de baja estatura y de cabello rojizo, una expresión de inconformidad bañaba su rostro.
—El tiempo que sea necesario —Dijo el jefe de este—. Seguramente recibiremos la orden de que debemos irnos en cualquier momento.
—No me gusta éste lugar —dijo el más joven del grupo, debía de tener unos 20 años y era de mediana estatura, tenía una clara expresión de miedo en su rostro.
— ¿Le tienes miedo a la oscuridad, Peter? —Se burló el hombre de cabello rojizo—. Relaja niñato. No hay nada que temer.
—No es a la oscuridad a lo que le temo, George —protestó Peter al hombre de cabello rojizo.
—Ya veo, te refieres a ese rumor —dijo el jefe, había estado escuchando en silencio desde un rincón—. En el rincón más oscuro existe la luz más concentrada y en la luz existe una profunda oscuridad…
— ¿A cuál rumor te refieres, Mike? —Preguntó George.
—Uno que se ha esparcido desde hace poco —dijo Mike—. Desde hace unas semanas, entre los criminales ha habido relatos acerca de varios asaltos y robos que han sido frustrados por una especie de vigilante. Según han dicho las víctimas, éste tipo es como una especie de sombra que se oculta en la oscuridad de la noche y ataca a los criminales.
—También se dice que tiene la fuerza de diez hombres, que es capaz de saltar grandes alturas y moverse muy rápido. Dicen que deja a sus objetivos gravemente heridos, con fracturas y múltiples heridas por todo el cuerpo. Dicen que es un monstruo…
El silencio reinó en la polvorienta sala, solo se escuchaba la tenue respiración de los presentes. Pero justo antes de que se creara una atmósfera más pesada, se escuchó una carcajada proveniente de George.
— ¿Realmente tienes miedo de eso? —Cuestionó George luego de terminar de reír—. Sólo es una tonta leyenda urbana o algún imbécil jugando al superhéroe. Con una buena Beretta terminará igual de agujereado que una esponja.
Al decir esto, los tres rieron despreocupadamente, incluso Peter lo hizo. Pero después escucharon un ruido, como si algo acabara de entrar a la casa. Los tres se sobresaltaron y fueron a revisar, pero no encontraron nada en la oscuridad de la vivienda. Regresaron a la sala y se sentaron de nuevo cuando nuevamente escucharon varios golpes acompañados del inconfundible sonido de un arma disparándose y éstos provenían del sótano.
Alarmados por los sonidos, se dirigieron con mucha prisa hacia el sótano de aquella abandonada casa. Al llegar descubrieron en el suelo a los dos guardias que vigilaban a las mujeres y niños secuestrados. Uno de ellos tenía los pantalones desabrochados y parecía estar por entrar hacia la habitación con las víctimas.
Estos hombres estaban inconscientes y en las paredes había orificios de balas. Los guardias presentaban signos de haber sido atacados por sorpresa por algo con mucha fuerza, ya que tenían heridas y algunas fracturas en su cuerpo.
Los tres criminales restantes sacaron sus armas y dispusieron a buscar al causante de aquellos ataques. Empezaron registrando donde tenían encerrados a sus víctimas de secuestro, pero en ese lugar no había ningún indicio de que alguien hubiera acabado de entrar.
Luego se dirigieron hacia la primera planta de la casa en donde revisaron la cocina, la sala y el baño. Pero no encontraron nada.
—Sea lo que sea que vino, se habrá asustado —dijo George, quien se coloco de espaldas a una pared despreocupándose y bajando su arma. Y cuando estaba a punto de decir algo más, fue interrumpido.
La pared en la que estaba inclinado de espaldas fue atravesada por lo que parecía ser un brazo. Éste brazo lo tomó del cuello y como si fuera un muñeco de trapo se lo llevó a la otra habitación, dejando un gran agujero en la pared, ante los ojos horrorizados de Mike y de Peter. Desde la otra habitación se podían escuchar los gritos de dolor de George, hasta que éstos cesaron sorpresivamente con el crujir de huesos.
Y sin previo aviso, Mike empezó a disparar por el agujero que había en la pared hacia donde suponía que se encontraba el atacante de George, pero no sabía con certeza si le disparaba a su objetivo ya que la habitación estaba tan oscura que ni las chispas que salían del arma de fuego iluminaban un poco. Sólo una respiración se podía percibir y el chasquido de unos huesos.
Luego de disparar unas 7 veces, aún apuntando el arma dejó de apretar el gatillo. Peter miró a Mike que al igual que este, estaba aterrorizado.
— ¿Estará...muerto? —Preguntó Peter que, con mucho trabajo pudo apenas pronunciar aquellas palabras.
Pero cuando Mike estaba por responderle, del agujero salió arrojado hacia él el cuerpo inconsciente de George, derribando a Mike y de la fuerza del golpe dejándolo desmayado al igual que su compañero.
Peter cayó al suelo del susto y dejó caer su arma a varios centímetros de distancia. Peter se arrastró por la habitación con una expresión de temor y, cuando estaba por llegar al lugar donde cayó su arma, una silueta se interpuso en su camino.
El chico vio con espanto a su atacante y pudo observarlo claramente, era alto y estaba completamente vestido de negro, tenía una chaqueta de cuero con capucha, la cual llevaba puesta. En sus manos llevaba guantes de color gris oscuro.
Y en su rostro, llevaba una máscara negra con pequeños y delicados detalles blancos que le daban un aspecto parecido al de un cráneo, y también le otorgaba un aire demoníaco. Por los dos orificios de la máscara, Peter atónito pudo contemplar los ojos de su atacante.
Los ojos de la extraña figura, se iluminaban en un color rojo escarlata intenso. Parecía que atravesaba a Peter con su mirada, en la cual se encontraban una gran cantidad de sentimientos que Peter no pudo siquiera tratar de enumerar. Peter volviendo en sí, trato de alcanzar su pistola, pero el enmascarado fue más rápido y de una patada, arrojó a Peter al otro lado de la habitación. El jovenzuelo se retorcía por el dolor y se sujetaba la cadera, debía de tener una o más costillas rotas. El enmascarado fue hacia donde el chico cayó y se colocó de nuevo frente del joven delincuente.
— ¿Qué… demonios… eres? —Preguntó un aterrado y herido Peter, que por la expresión de sufrimiento en su rostro, decir cada palabra requería de gran esfuerzo de su parte. Pero el hombre no le respondió, se quedó en silencio, observando a Peter.
—Eso jamás lo he sabido —musitó el enmascarado rompiendo el silencio. A Peter le pareció que esa voz debía provenir de alguien joven como él. Pero el enmascarado golpeó al chico en la cabeza y lo dejó en el suelo inconsciente—. Adiós…
Luego tomó el teléfono del bolsillo del pantalón de Peter y marcó al 911. Les habló acerca de las mujeres y niños encerrados y les dio la dirección de la casa abandonada. Después de eso salió de la casa y se adentró en los oscuros y silenciosos callejones de la ciudad.
La noche comenzó a dar paso al amanecer y así el día había llegado finalmente a New York. La figura encapuchada se dio cuenta de esto y se detuvo. Para él había llegado el momento de quitarse la máscara. Había llegado el momento de ser la persona que había dentro del justiciero.
Se quitó el antifaz y la luz del sol se reflejó en su rostro, era solo un chico, de unos 18 años cuando mucho. Pero este no era un muchacho común y corriente, este joven había pasado por muchas cosas, y al cual aún le quedaba un largo y difícil sendero que seguir. Este chico se llama Chris y su historia apenas iniciaba.
En una hermosa sala de estar, llena de decorativos y una chimenea acogedora y reconfortante se hallaban frente a una televisión dos chicas; una de ellas, era una rubia de baja estatura y con aire juvenil mantenía su vista en un libro y la otra, de largo cabello negro y que transmitía de tener un poco de más edad, su mirada iba hacia el televisor, se divulgaban las noticias matutinas; se hablaba de un incidente donde varias mujeres y niños fueron encontrados en una casa abandonada y miembros de la familia criminal Lapsus muy lastimados, eran encarcelados. Las víctimas dijeron que escucharon gritos y los criminales hablaron de un extraño ser con gran fuerza y ojos rojos.
—Hola linduras —saludó un chico rubio pasando por el salón y yendo en dirección a la cocina.
—Hola Jake —dijo delicadamente la chica rubia, aún mirando el libro. Ella desvió sus ojos verdosos de las letras impresas en el papel hacia la chica a su lado—. ¿Todo en orden?
La morena apagó el televisor y dijo con seguridad:
—Es él.
Sola en una pequeña habitación, mirando las gotas de agua caer provenientes de una pequeña ventilación conectada al desagüe, la chica de cabellera azul recostaba su espalda a la pared pensativa de los eventos que ya están ocurriendo y en los que darán inicio en meses cercanos, pero nunca ha podido recordar lo que pasó antes, mucho antes de que su vida fuera así.
—Sólo faltan unos meses… 28 de septiembre… —dijo la chica observando un calendario.
Un intenso alarido hizo que se dirigiera hacia una saliente que conectaba a la parte central de toda la extensa estructura. Un hombre miraba a un chico, poco más que un niño, este escupía oscura sangre casi ahogándose entre su propio sufrimiento y dificultad para siquiera mantenerse de rodillas.
—Nunca cuestiones lo que hago —dijo el hombre de pie sonriendo con sadismo. Se desabotonó su larga gabardina de cuero negro, completamente indicada para climas fríos. Colocó la mano en el pecho del joven—. Tienes miedo, tu corazón late muy rápido, no temas. Ya terminó.
El hombre hundió sus dedos lentamente en el pecho del chico, hasta que ya estaba dentro de su piel. Y luego levantó el cuerpo en el aire, los gritos resonaban como una desesperada orquesta macabra.
—Silencio —dijo el hombre jalando sus brazos en lados opuestos y dividiendo el cuerpo en dos. La cálida sangre cayó bañando por completo al hombre, quien comenzó a reír retorcidamente mientras sus ojos brillaban como mármol reflejado en una marea blanca. Eran estrellas delirantes y tan brillantes como la luz astral más pura. Pero tan malévola que la estridente risa congelaba a todos en la instalación.
—Pronto todo será un caos… pronto todo va a terminar como él —dijo la chica de cabellera azul y mechones negros con un escalofrío recorriendo su cuerpo. Aún el hombre se reía, y la sangre seguía goteando, siempre seguiría goteando.
Nota de autor:
Espero que lo hayan disfrutado, la novela cuenta con un total de 59 capítulos divididos en tres partes, solamente subiré los primeros 5 capítulos por aquí, pero puede ir disfrutando de la novela completa en la plataforma de Wattpad, donde ya hay 18 capítulos actualizados y más se irán subiendo constantemente.
Si desean comenten sus primeras opiniones sobre la novela, la historia apenas empieza, no duden en leerla, les va a encantar.
Enlace directo a la novela de Wattpad: https://www.wattpad.com/story/89899146-beyond-i-born-en-edici%C3%B3n
Se depide, E.S.Esquivel.
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Se depide, E.S.Esquivel.
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