Aime, imagíname sentada en el trabajo, con el celular en la mano y respirando cada vez más fuerte. Imagina mi furia ante el descaro de Skyperra al decir que el médico se equivoca.
Imagina mi cara al leer "Una mentira no me mataría; de eso se encargaría alguien más". Imagina mis brincos de emoción al leer la última frase.
No tiene idea, señorita Yajure, de la cantidad de emociones y gestos que recorren a esta lectora loca cada vez que actualiza usted.
Te escribo esto conteniendo toda la emoción, o al menos hasta ahora....
¡Yajureeeeee! ¡Me encanta! Ya viene, ya viene, ya viene 😍
Me tocará curarle las heridas a Steven, pero disfrutaré de la golpiza que se aproxima, gracias ❤❤❤❤❤