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Eterlí José Vargas Romero
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La primer palabra es la Culpa, una de las cosas que más evita nuestra felicidad es el esfuerzo tan grande que realizamos buscando culpables, el culpable de que llegué tarde, el culpable que terminó una relación, entre otros. Pasamos todos los días buscando quien tiene la culpa de nuestros desastres y los que tiene el mundo, incluso y como dato curioso, hasta en la política escucharas presidentes decir, mi gobierno no tiene la culpa, la culpa es de los gobiernos anteriores. Le hemos dado tanta importancia a la culpabilidad que incluso los niños desde muy pequeños ya comienzan a usar la palabra, y si tienen hermanos o hermanas, curiosamente la culpa, siempre es de ellos.
¿Tan importante es la culpa? Yo creo firmemente que no, la culpa es la necesidad del ser humano de excusarse y dejar de actuar, a la hora de encontrar un culpable, nuestro cerebro entra en un punto de confort y se victimiza, de tal manera que al “descubrir” que yo no tengo la culpa, me convierto, en una víctima de acontecimientos que no puedo cambiar y por ende, me doy permiso de estar triste, porque pobrecito yo.
Claro, no digo que todos los tipos de tristeza se resuman en esto, la pérdida de un familiar, un rompimiento, no saber qué hacer con el trabajo, son cosas que alteran nuestro estado de ánimo, pero, ¿acaso alteran la felicidad? O simplemente alteran la alegría de esos días de duelo que pasamos muy necesariamente.
Acá es donde entra la segunda palabra, La responsabilidad, y es que unir estas dos palabras en relación a }la felicidad no es idea mía, Will Smith ya lo hizo antes, y por eso me adentré en ellas. En este punto si sabemos que el culpable no es el responsable de nuestra felicidad, sino nosotros mismos, de nada nos sirve acusar al culpable, lo que debemos buscar es solucionar nuestra vida, a pasos cortos, o agigantados, no importa, pero avanzar es nuestra responsabilidad, si un familiar muere, no es tu culpa, pero es tu responsabilidad enfrentar el proceso de duelo, conocerlo, vivirlo, y seguir adelante; si un trabajo se pierde, no podemos sentarnos a decir, me despidieron, pero no es mi culpa, debemos salir a buscar otro, a buscar nuestro sueño, a comenzar una ruta distinta.
La vida, es solo una y realmente es muy corta, en vista de esto aparece la frase que mi abuelo solía decir “Es innecesario estar preocupado, si puedes cambiar algo, no te preocupes, ve y cámbialo, y si no puedes, no te preocupes, ya que aunque lo hagas no va a cambiar, así que sigue adelante”. Vamos avanzando que es nuestra responsabilidad ser felices, y por qué no, atrapar un poco de felicidad, ¿qué se podría perder?
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