Dios nos concedió libre albedrío, no hizo a su imagen y semejanza para que podamos tomar nuestras propias decisiones. Nuestro futuro depende de nosotros mismos, podemos escoger el camino de la vida o el camino de la muerte.
Si prestamos atención a los mandamientos, la paz nos llegará como un río, el libre albedrío es un regalo de Dios, en el camino de la vida podemos encontrar la bendición o la maldición, todo depende de nosotros.