En el mundo hay muchas lenguas (idiomas) diferentes, cuando vamos a transmitir la palabra de Dios a otras personas, que no entiendan nuestro idioma, es importante tener un interprete, de lo contrario nuestra palabra se perdería, sin llegar a transmitir el mensaje de Dios.
Hablar en lenguas es hablar en otro idioma. Si no tenemos a alguien que nos ayude con la traducción, es mejor no decir nada, porque no estaríamos haciendo absolutamente nada.
La palabra de Dios tiene que llegar a todos los rincones del mundo y el idioma no puede ser impedimento para que esto se cumpla, todos somos hijos de Dios.