Cuando nos congregamos en una iglesia y descubrimos que esta no es la verdadera, nuestra misión es actuar inmediatamente, retirándonos y buscando la verdad, aún estamos a tiempo de ser salvos porque Dios es misericordioso y nos perdonará porque lo hicimos por ignorancia.
En cambio esas personas que están en esa iglesia falsa y fueron iluminados por el Señor conociendo la verdad, siguen engañando y se convierten en falsos profetas por decisión, pierden su salvación. Dios será duro con ellos y los ignorará.