Varios psicoanalistas opinan que las Madres con ciertos rasgos patológicos hacen que algunos de sus hijos crezcan con una personalidad desadaptada y problemática. La Madre es un personaje central en la vida de cualquier persona y su comportamiento influye en el carácter de los hijos. Sobretodo, si es una madre soltera, se convierte en “la supremacía” en cuanto a la organización familiar. El niño/a debido a la inseguridad de la identidad de un padre, condiciona, obedece, e imita la actitud de la madre, influyendo determinantemente en cómo será en la etapa adulta.

Lo que leerás a continuación, es una serie de estereotipos, de retratos de madres a las que se les ha acentuado su carácter:

1. Mamá “Colega”, También denominada, una Madre “Compinche”, caótica, ligera y voluble… Y, aunque tenga 60 años, sigue sin querer crecer. Puede parecer estimulante; sin embargo, inhibe totalmente al hijo e impide que se convierta en un adulto responsable. Generalmente, es simpática y, hasta un cierto momento del crecimiento del hijo, encantadora, tanto para el propio chico como para sus amigos. Después llegan los problemas de inmadurez de una mujer que no consigue envejecer con serenidad. Ésta actitud trae como consecuencia un Hijo “Irresponsable”.

…Hijo “Irresponsable” Es muy difícil para éste joven convertirse en adulto. El mundo corre el peligro de parecerse a un juego y todo lo que suena a estudio, empeño y trabajo se convierte en algo inútil. Basta un ejemplo. Cuando le llega la edad de ingresar a la Universidad, con la complicidad y la comprensión de la madre, el hijo se matricula en alguna carrera. Diez años más tarde, sigue sin acabar sus estudios. Entonces, ya con 30 años prosigue su vida como mesonero, ayudante de albañilería, etc. Aparentemente, es un soltero convencido, soñando con algún día encontrar su gran amor.

Si es tu Caso… Deja de ser Adolescente. Eso te servirá para darte cuenta de lo ridículo que estas en ese papel, aunque tu “dinámica” madre te haya convencido que debes parecerte a ella. o Considera y valora a la mujer adulta y emancipada. Primero, organiza un poco tu vida para evitar que éstas te rechacen.

2. Madre-Novia: Después de haber cumplido su función reproductora, el marido o compañero casi no le sirven para nada. El hijo comienza a desarrollar la función de enamorado. Con su madre-novia, crea una estrecha relación de amor y complicidad. Ella vive una relación exclusiva durante la adolescencia y la madurez de su hijo, quien acaba por considerar que su madre es la mejor mujer posible y la única que de verdad es capaz de entenderlo.

…Hijo Perfeccionista El hijo crece en una relación simbiótica con su madre, cubierto de amor y de elogios; cree que es casi perfecto y pretende la perfección de todos los que están a su alrededor. Como está acostumbrado a ser el único, espera siempre ser el centro de atención, con lo cual se gana las antipatías de muchos. Los verdaderos problemas nacen, sin embargo, en su relación con otras mujeres, ya que ninguna supera a su mamá: ninguna es tan bella, tan elegante y simpática, y por supuesto ninguna lo quiere tanto como su madre. Ésta es siempre demoledora en cuanto a las opiniones sobre todas las féminas que se acercan a su hijo del alma.

Si es tu caso… o Deja que tu madre viva por su cuenta y tú comienza a tener más relaciones con tus amigas y amigos. o Habitúate a no presentar a tu madre a tus amigos ni a tus novias. Evita discutir con ella tus relaciones y explícale con claridad que tus relaciones son algo que sólo te importan a ti.

3. Madre Sargento: En la familia siempre ha sido ella quien ha llevado los pantalones. Es autoritaria, intransigente y severísima; más que una madre parece un coronel del ejército. En casa reina el orden. A cada error cometido sigue un escarmiento, mientras todo lo que se hace es en cumplimiento del deber. El clima familiar se impone con un sutil y constante estado de temor.

…Hijo Reprimido Con una madre así sólo se puede crecer teniendo miedo de todo y de todos, con un pánico constante a equivocarse. Timido y dócil, y la mayoría de las veces, acomplejado, el hijo de una madre sargento tiende a aislarse y a tomarse muy enserio las cosas. Por supuesto, el sentido del humor no existe para él. Cree en el deber y en la obediencia, y para él es lo primero de todo. Todas sus actividades cotidianas están definidas y reguladas.

Si es tu caso… o Valora todo con tu criterio. Despójale de su pretendida autoridad, así las indicaciones maternas te sonaran vacías y aprenderás a no rendirle cuentas a ella ni a otros.

Frecuenta un grupo al que le guste lo mismo que a ti, o bien dedícate a un deporte de equipo. Así no te sentirás solo, sino solidario con otras personas. Podrías compartir otros objetivos que, aunque no tengan gran importancia, servirán para que vivas en un clima distendido sin un ápice de terror y miedo.