Por tristes razones que no quisiera comentar por lo menos aquí y ahora, tuve que empezar los estudios en forma tardía.
Mi suegrita amada era menor que yo, y era la que siempre me daba ánimos. Me preparaba la lunchera y me preguntaba cada tarde a la llegada del colegio si iba a trabajar en la NASA o si iba a ser presidente de Los Estados Unidos cuando sea gaaande…mi gordito pechocho.
No era que me destacara demasiado, porque en el preescolar había niños muy inteligentes. También había chinitos maaalos, que se lo pasaban haciendo llorar a la maestra.
Aprendí muy ligero el oficio de las letras y me enamoré de eso. Hasta el punto en que decidí que sería escritor. Las letras que aprendí fueron las vocales. Luego, cuando aprendí las consonantes me di cuenta de que nuestro idioma adolecía de algunas inconsistencias. ¡Puta! sin ir más lejos, las vocales deberían escribirse con b de burra, digo yo, porque se dicen con la boca y boca es con be de burra, no?
Me explico, la a e i o u deberían llamarse las bocales. Ahora sí?
En primero de bachillerato cometí un error tremendo que casi echa por la borda una vida de escritor. El maestro hizo que cada uno corrigiera el dictado de otro. Me explico, yo corregí el de Abelito, Abelito el de Saulito, Saulito el mío, etcétera.
Y yo le puse a Abelito: Abuelito no tiene ningún herror hortográfico a travez de todo el dictado.
Bueno, en mi defensa recién conocía la ache (letra también llamada de la comedia muda, por lo de Eva Ache) y la ceta (letra también llamada micótica, por lo de que las cetas son hongos) y por eso las estaba usando, para practicar y que no se me olvidaran. Porque ya sabes, órgano que no se usa se atrofia.
El maestro me dijo que la ache era muda pero no invisible y me echó madre jarta por bruto delante de los carajitos. El maestro era menor que yo, como mi suegrita.
A todas estas ya me había divorciado de mi mujer y me había llevado a la mamá a vivir conmigo.
Me explico; pues que me sonsaqué a mi suegrita a vivir conmigo. Ya?
Decía de las inconsistencias del lenguaje. La micosis tiene que ver con los hongos, pero los fungicidas también, para qué?
Me explico?
A todas estas vivía con mi suegrita, pero no teníamos relaciones sexuales sino que a ella le hacía falta el amor juvenil de mis cincuenta y seis años y a mí sus cariños de madre primeriza y sus ricos platos de cocina piurana.
Era como dicen ahora en los ámbitos literarios, un amor platónico. Me explico? Pues platónico de plato jejé. No, era echando broma. Yo sé que Platón era un gran filósofo, famoso por sus proezas como amante, de ahí lo de “amor platónico”. Es que para eso estudié, no?
En quinto año de bachillerato ya me sabía bastante bien las consonantes y me gané un concurso de cuento autobiográfico con este cuento, por lo bien que manejaba los tiempos y el tractor de la finca.
En la universidad no había cupo para estudiar Letras y me metí a estudiar enfermería para ver si lograba cambiarme en algún momento.
Ahora soy enfermero en el HULA manejando la ambulancia. En mis ratos de ocio escribimos cuentos con mi suegrita que siempre me anima.
Quién va a ser el doctor Kilder?...mi gordito pechocho?
Y yo le digo que ti ti ti tiiiii y que cierre a peeeta.
Fin
P.D: El doctor Kilder era como decir ahora el doctor House, me explico?
P.P.D: El de la foto es Genovevo. Un personaje de viejo interpretando niño. Como Chabelo. Me explico: No joda chamo, ustedes no conocieron esas cosas jejé.