11:55 p. m. y mi cabaña de campo está casi sumergida en la oscuridad. La tenue luz de una vela solo me recuerda la rabia y el dolor que llevo por dentro. Siento que me consumo al mismo ritmo de la escasa cera. «Tú no sabes amar» recordé sus frías palabras sin lógica, y mi sangre hervía aún más, mientras termino de quitarme lo que queda de corbata. Me entregué por completo a ella y no lo supo valorar. Nunca la engañé; a diferencia de ella, que comenzó a salir con ese tal Alexis. —No sé amar, y traté de hacer todo lo posible para que arreglásemos las cosas—, susurro casi sin emitir sonido alguno, mientras recuerdo todos los mensajes que le dejé para acordar esa última cita, pensé que podíamos arreglar todo. Me costó semanas conseguir esa cena en ese lugar tan casero al que tanto le gustaba ir. Cena que debió comenzar hace 3 horas. Cita a la cual decidí no asistir minutos antes de partir. Después de lo que hemos pasado me aterró el hecho de pensar que ella no fuese a ir al encuentro, y eso me hubiese terminado de matar. Reconozco que nunca más estaré en sus pensamientos. Lo sé, porque llegada la media noche aún no me envíaba un mensaje preguntando si llegaré o no al encuentro. La cabaña se encuentra ahora sumergida en una fúnebre oscuridad total y decido dejarla en paz.
11:55 p. m. y me encuentro sola en mi habitación. Alexis sigue en esos talleres de cocina que le dieron la oportunidad de dictar. Sin embargo, no pienso en Alexis sino en él. Años de noviazgo y nunca hizo algo ni por mí, ni por él, ni por nosotros. Luché por mucho tiempo para quitarle su absurdo desdén por sí mismo, nunca entendió que amar no es solo eso que sentimos hacia otra persona. «Tú no sabes amar». Repetí con rencor las últimas palabras que dije cuándo salí de esa cabaña. Admito que últimamente intentó duramente planear ese encuentro, «no quiero ni imaginar lo que debe estar pasando por tu cabeza en este instante», pienso mientras veo todos esos mensajes que me dejó y recuerdo la cita que, hace horas, debió dar comienzo, a la cual decidí no asistir. No quise nunca hacerle un desplante de tal magnitud. Pero me entró el miedo. Realmente siento cosas aun por él y tuve temor de ir y de que él tratara de convencerme de volver. La verdad no tengo fuerzas para retomar esa relación. De luchar por demostrarle lo gran hombre que es sin darse cuenta, por esa poca autoestima suya. Solo espero que pueda descubrir cómo se debe amar a él y luego a otra persona. Que siga su nuevo camino así como yo decidí tomar el mío.
Me gusto en concepto de contar una historia para presentar un dibujo.
gracias n.n