Cuando enseñas de tus alumnos también aprendes

in #spanish7 years ago (edited)

Cuando la educación era satisfactoria y motivadora la pasaba muy bien en un aula, porque me contagiaban con la alegría de los muchachos, me reía junto con ellos de sus travesuras, de sus chistes. Claro, en esa época los muchachos eran más sanos y a pesar que uno se molestaba daba hasta ganas de reír. De hecho podría decir que eran de esas situaciones que no encuentras que hacer y te debates entre lo que quieres hacer y lo correcto, si eres padre o madre de seguro entiendes a qué me refiero.


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Recuerdo que los muchachos estaban a veces tan distraídos que venía el compañero por el piso arrastrándose para amarrarle las trenzas de los zapatos a la pata del pupitre y cuando se iban a levantar, casi caían y todos se reían.

Lo otro que guardo como recuerdo de sus travesuras, era amarrar el morral al pupitre y al terminar la clase, tenían que quedarse a desamarrarlo. también en ocasiones le quitaban a sus compañeros el bolso sin que se dieran cuenta y el contenido lo guardaban en el bolso de otro, y así volvían loo a su compañero haciéndole pensar que le botaron sus cosas.

Por las noches trabajé en un liceo para adultos y por supuesto tenían un poco más de madurez. Por lo que lograban apreciar lo uno como profesor hacía, por lo que nos invitaban a salir de noche a bailar, a tomarnos algo o a comer. Incluso en Diciembre llevaban algún regalo como gesto de Navidad.

Pero ellos a pesar de ser más adultos, también tenían sus travesuras. Son personas que no dejaron morir su niño interno. Incluso, recuerdo un alumno en especial, al que aún saludo con cariño cuando lo veo en la calle, que en alguna ocasión "agregó" a la lista de estudiantes del aula nombres de "unos alumnos nuevos":

Nombre y apellido:
Soyla Vaca
Rosa Meltroso
Benito Camelo
San Cadilla

Para ese momento les impartía la clase de Biología, y había una colega profesora de Química bastante mayor que yo, que no tenía mucho sentido del humor. Por lo que entraba al aula y pasaba la lista de asistencia llamando día tras día a esos "estudiantes nuevos". Incluso en varias ocasiones le preguntaba a los alumnos, por esos compañeros que nunca asistían a clases. A lo que por supuesto ellos respondían con risa, en lo que me percaté de la travesura pude reírme por un buen rato.

Los chicos siempre me han dicho que yo soy muy pila, como dicen en Venezuela. Es decir, alguien muy inteligente. la verdad es que siempre pensé que ellos me ayudaban a mantener la mente muy despierta.

En fin, ser educador es una gran experiencia, que deja grandiosos recuerdos.