Cine y ética, un titulo que podría sugerir una infinidad de temas sobre el mundo que rodea lo que es la vida en las siete artes. Podríamos hablar de una infinidad de cosas y opinar sobre una infinidad de temas todos a la vez mientras nos preguntamos “¿ha habido una autentica evolución en este arte?” puesto que han sido muchos, bastantes debates que se han generado alrededor de los últimos años por cómo ha evolucionado el cine, desde la comercialización hasta la reinvención de géneros, desde estilos fílmicos hasta distintas narrativas, en fin, toda una amalgama de temas que si nos pusiéramos a hablar de ellos, jamás finalizaríamos en verdad.
Pero ¿Qué tiene que ver la ética en todo esto? No es fácil dar un juicio exacto sobre lo que es ético en el mundo del cine, una persona normalmente puede ver estos temas como dos universos separados, pero aun así, todas las artes están confinadas a seguir un conjunto de normas éticas, que mezclan el mundo del artista con la visión que los espectadores tengan para con su obra.
Para entender aproximadamente lo que es la “ética cinematográfica” podemos remontarnos a las palabras de un compañero de la universidad, muy letrado en el tema de las artes:
“Creo que se refiere (citando a Tarkovsky) en el cine como un marco hecho de tiempo, dónde cada autor tiene la necesidad con su audiencia de satisfacer un hambre artística, más allá de la imitación de estilos preconcebidos. En pocas palabras, creo que la ética del cine es el código personal que todo cineasta debería seguir para desarrollar su propio estilo y contribuir al gran lienzo que llamamos ¨cine¨ y no limitarse a la imitación de fórmulas preestablecidas sino, auténticamente crear.”
Ya con todo esto dicho, espero pueda entender, mi querido lector, lo que intento expresar con estas palabras. Muchos han visto el cine comercial como la máxima traición hacia el arte, como una manera de prostituir todo aquello que tanto se han esforzado en crear distintas generaciones que a través de los años se ha ido desarrollando y perfeccionando, para que vengan unos cuantos a lanzar tres cosillas con el único objetivo de vender. En lo personal, difiero un poco de lo que es esta visión tan negativa de lo que es el cine comercial, hablando desde la perspectiva de un espectador común, como alguien que solo quiere pasar un buen rato viendo una película, muchas veces esas películas “palomeras” (referencia a películas desechables o solo hechas para vender) son necesarias para matar un rato de ocio, un momento en el que no se quiera pensar demasiado o “romperse la cabeza” con películas de autor, quizás para verla y pasar un buen rato con amigos o tu pareja. Podemos ver el cine comercial como algo necesario, como algo que también puede ser bueno y quizás hasta útil.
Tomando en cuenta lo ultimo dicho ¿Cuándo el cine comercial se convierte en algo malo? Bien, como ya hemos repetido en reiteradas ocasiones, el cine es un arte y como tal, debe de expresar sentimientos y seguir una estética. El cine comercial se convierte en un problema cuando surge el desinterés y poco esfuerzo se hacen notar, haciendo sentir que el producto es incluso algo descarado, puesto que solo nos entrega una exposición minúscula, muchas veces hace preguntarse si consideran que los espectadores son idiotas. Un ejemplo de esto es por las contantes críticas realizadas hacia a uno de los directores actuales más criticados: Michael Bay.
Michael, es mundialmente conocido por crear una de las sagas más exitosas a nivel comercial en la historia del cine Transformers. A pesar del rotundo éxito (en todos los sentidos) de la primera parte de la saga, las siguientes películas no tuvieron el mismo efecto, peor aún, se sintieron completamente desganadas, hechas solo para vender y sabiendo que van a ser un éxito debido a que la primera entrega estableció una “fanbase” (grupo de fans) bastante amplia. De hecho, citando a Doug Walker (crítico de cine de internet): “El cine de Bay no es más que una forma de vender y promocionar productos, pero también una forma de vender sexo a los niño, testosterona pura”
Hay otros casos similares a los de Michael Bay que también podríamos citar, algunos como el de Adam Sandler. Querido por muchos y despreciado por bastantes otros, Adam tiene un currículo bastante amplio cuando se trata de comedias en Hollywood, pero una vez más, estas llegaron a un punto en el que se volvieron repetitivas a más no poder y otros usan el término “grotescas” (haciendo alusión al sobreuso de chistes de flatulencias que hay en ellas) ¿Qué ocurre con la comedia de Sandler? Bien, llegó un punto en el que ya pocos toleran esta clase de humor en el mundo actual, y como ya se dijo, muchos sientes que es ver la misma película una y otra vez. Hoy en día muchos lo miran como uno de los peores actores del género, algo bastante triste porque ha intentado levantarse apareciendo en filmes un tanto distintos, pero ya ver su nombre en los créditos se convierte en una mancha.
¿Puede haber otra raya dentro del cine comercial? Hay una más que es bastante actual, un género que deriva de la acción y ficción y se ha vuelto increíblemente popular en la última década, no habla de nada más y nada menos que el cine de superhéroes. En la actualidad ha surgido como un género que ha predominado por encima de otros, esto tomando en cuenta de que cada año, las películas que el 90% de las veces están basadas en personajes de comics, estrena al menos unas 4 o 5 películas por cada casa productora, lo triste es que pocas veces estas destacan alguna de otra, muchas son increíblemente parecidas y no aportan mucho al arte como tal. Aun así, la proliferación de estas películas ha tenido tal alcance, que en una entrevista el director mexicano Alejandro González Iñarritu dijo que las películas de superhéroes son un veneno para el cine, incluso refiriéndose a ellas como un “genocidio cultural”. Palabras bastante fuertes, es verdad, pero algo entendible tomando en cuenta de que este director ha salido adelante creando su propio estilo narrativo y buscando maneras de demostrar su amor por el arte cinematográfico.
Las películas de superhéroes son quizás la muestra más palpable de que quizás el cine comercial se le ha ido de las manos a muchas empresas, pero se han hecho inmensamente populares debido al insaciable consumo que los fans de estos han demostrado. Si vemos a estas películas como producto, podemos basarnos en uno de los principios de la economía:
“Eso se resume a lo que es la ley de la oferta y la demanda, mientras más personas consuman un producto, se genera una demanda mayor y es el deber del productor satisfacer las necesidades del consumidor”
Por lo visto, la moda de los superhéroes no va desvanecerse muy pronto, habrán héroes para rato. ¿Significa esto que otras películas están condenadas a ser renegadas? No necesariamente, principalmente porque a pesar de que el cine comercial, si es el más solicitado en la actualidad, es solo una parte de este. En el mundo existen una cantidad incontable de directores que buscan sorprender y llegarle a su espectador de formas distintas, intentando evocar nuevas emociones a través de imágenes con sonido y movimiento. También podría citar al reconocido cineasta Steven Spielberg al decir:
“El género de los superhéroes está condenado al mismo futuro que las películas de vaqueros”
Tomando en cuenta estas palabras, podríamos llegar a la conclusión de que cada generación está marcada por un género cinematográfico en específico. Las modas van y vienen, cada época tiene la suyas, aunque muchas veces puedan ser cíclicas, esto no limita que las personas puedan seguir progresando a través de estas y seguir desarrollando los gustos y aportar a nuevas entregas.
No todo es negativo, la solución es tan simple como darse cuenta de lo que es la moderación. Los excesos jamás son buenos y es necesario encontrar la manera de equilibrar toda clase de gustos. Muchos expertos en el tema comparan el cine con la pirámide alimenticia, estableciendo que debemos ver el cine como un “alimento para el alma” y como tal debe balancearse correctamente. Si solo se consume el cine de autor, esto puede atraer a los espectadores elitistas de personalidades pedantes y si solo se consume del cine comercial, no se va muy lejos de mantener una dieta a base de comida chatarra, algo dañino que no le hará bien a nuestra salud.
El cine como tal es parte de nuestra sociedad, todos en algún instante nos hemos enamorado de alguna película, el cine llegó en el momento exacto en cuanto comenzamos a soñar con las historias que veíamos en los libros y decidimos compartir esas visiones con el mundo. Es allí en donde se posa el arte.
“Es algo sumamente increíble la forma en la que las personas adoptamos nuevos hábitos, nos enamoramos de personajes e incluso nos inspiramos mutuamente para nuevas historias. Yo sí creo que el cine es importante para el desarrollo de la sociedad”- Aura Balbi, Profesora de Psicología de la UCAB Guayana.
Delain Farris