Mama, sé que hace ya mucho no voy a misa, ni creo en nada de eso, pero oré y sigo orando por ti. Te recuerdo cada día y en las noches, sin querer, sueño contigo. Me siento derecho al frente del televisor, no abro la boca para que no entren las moscas y tampoco le he contado a nadie tu edad porque te molestaba que te dijeran viejita.
¿Te acuerdas de esas últimas veces que nos vimos? Fui un día al hospital, y aunque estabas inconsciente pasamos juntos un tiempo que de otra manera no habríamos compartido. Todavía te puedo escuchar llamarme Ruben, rogándome que me levantara por que iba tarde a clases
Me levanté tarde ese viernes cuando mi tía Mari nos llamó Y Guzmán contesto, “Trina murió ya descansó”, entonces lloré una vez más, la última después de llorar cada vez que pensaba que ibas a morir.
Que Dios te acompañe en este nuevo camino que espero se cruce con el mío una vez más, para volvernos a ver y darnos otra oportunidad de conocernos.
Foto de Gianandrea Villa en Unsplash
Lamento tu perdida, no hay un día que no extrañe a mi mami, pero se que nuestras madres estan bien y nos cuida. Un abrazo
muchas gracias por tus palabras, la verdad he aprendido que la muerte de un ser querido nunca se supera, se aprende a sobrellevar, un fuerte abrazo