Sé que pocos gustan de la temática que presento en esta publicación, pero mi pasado como ingeniero industrial me delata. Pues ese amor que tantos desvelos y satisfacciones me ocasionó vuelven al ruedo cada cierto tiempo en mi vida. Pero vaya que es hermoso ese amor, el que –por más que te desentiendas de él– siempre consigue que vuelvas a su lado. Matemáticas, tú eres ese amor que mantengo conmigo en lo más profundo de mi corazón.
Electrodo, pasadas las tres de la madrugada, esta publicación la acabo de actualizar.