Parte 2 / Together / Historia Caché

in #spanish6 years ago

Había pasado una semana desde que llegó la chica nueva.

Por lo que sabía, al haberla escuchado hablar con su mamá por teléfono, era de Colombia, pero se había mudado a Los Ángeles porque quería entrar a la Academia de baile en la que estaba.

Si era sincera, la chica me caía bien, pero no sé porque había algo que no me terminaba de cuadrar del todo en ella.

Bien sé, que el hecho de que me haya quitado mi espacio considerablemente no era algo que me gustaba, pero no era por eso que no me agradaba. Daniela intentaba en varias ocasiones hablar conmigo, pero nunca pude darle la oportunidad en esta semana.

Me colocaba nerviosa, comenzaba a decir cosas que ni entendía y se iniciaba un ataque de ansiedad que no sabía controlar. Era un desastre.

Por aquella misma razón seguía en el baño en ese momento.

Era sábado y Daniela me había invitado a comer la cena que había preparado, pero le dije que me esperará unos minutos, que iba para el baño. Si sigo aquí seguro pensará que tengo diarrea. Así que tomé mucho aire, lo contuve por unos minutos y luego dejé que saliera por mi boca.

—¡Maldición!

Me iba a volver loca definitivamente. Esto no funcionaba.

Escuché unos pasos acercarse y guardé silencio mientras trancaba la respiración. Así pasó muchas veces después de la primera.

—¿Estás bien María José? —escuché su voz desde el otro lado.

—...Si, si lo estoy. Ya estaba por salir—mentí, mientras trataba de hablar lo más normal posible.

—Ah bueno, entonces te espero en la mesa.

Y así escuché sus pasos irse.

Miré mis manos, me temblaban. Ella me daba miedo, me daba miedo lo que causaba en mí.

Traté de repetir el proceso de respiración otra vez, pero al demonio, esto no me estaba sirviendo.

Me levanté, abrí la puerta y salí del baño en dirección a la cocina.

Caminé varios pasos y fue cuando la vi a ella, que solo pude analizarla con la mirada.

Mis ojos bajaron a ver sus piernas torneadas que mostraba perfectamente con ese short de piyama, usaba una camisa ancha de dormir y unas pantuflas de conejo muy adorables. Era obvio que se había cambiado mientras estaba en el baño.

Giró su cabeza al notar mi presencia y sonrió.

—¡Ahí estás! Estaba pensando que te fuiste a dormir porque cambiaste de idea—dijo aliviada.

Le sonreí de vuelta y me acerqué a la silla frente de ella.

—No, solo...pensaba.

—¿En el baño?—alzó su ceja derecha en burla.

—...Si, en el baño. Es un buen lugar para pensar—le dije intentado creermelo hasta a mí.

Ella rió e inició sirviendo la comida que estaba puesta en la mesa.

—Es pasticho, no sé si te gusta—comentó sirviéndome el primer plato.

—Me encanta—dije sin emoción.

No es que fuera mala, pero me era dificil relacionarme con las personas.

—Es bueno escucharlo.

Y comenzamos a comer.

El lugar estaba turbio, no había comodidad para nada o al menos eso era lo que sentía. Sé que ella trataba de animar las cosas pero yo no cooperaba mucho que digamos. Fue cuando de un segundo a otro ella rompió el hielo.

—Okay María José, quiero entenderte...¿Te caigo mal?—me preguntó sin esa sonrisa que me gustaba.

Me alerté. No quería que pensara eso.

—¡No!

—¿Entonces qué pasa? Porque cuando estás con Paula eres muy diferente a esto—dijo algo triste.

Mi boca estaba seca ante la pregunta, ni siquiera sabía si podía contestar, pero tuve que hacerlo porque ella se levantó de la silla y quiso irse.

—¡No lo sé! ¿okay?—dije tratando de evitar que saliera. Se giró y me miró directamente.

—¿Cómo qué no sabes?

—Yo...mi personalidad es...—no encontraba las palabras. Me sentía estúpida.

—Mejor ahorratelo. No impor...—la interrumpí. Me acerqué a ella y le agarré su mano antes de que se fuera.

—¡YA CALLE! ¡Escúchame por favor!

Mis emociones estaban desordenadas hasta este momento. No sabía porque le había gritado, tampoco consideraba el hecho de porque la acerqué tanto a mí

—Yo soy dificil, mi personalidad es un asco. Me cuesta siempre relacionarme con las personas, es todo. No me disgustas, solo estoy un poco fuera de linea, necesito que mi cabeza se adapte.

La solté, porque no quería que pensara que estaba siendo agresiva, viendo que ni siquiera eramos amigas. Me alejé un poco y traté de mantener el juego de miradas que me estaba dando en este momento.

—Esta bien. Esta bien—meditó. Se acercó al sofá que tenía al frente y se sentó, con unas palmadas indicó que me sentara con ella. Lo hice.

Hablamos de varias cosas, aunque nunca me preguntó porque me costaba relacionarme o hablar de mí. Me contó gran parte de su vida, cosa que me extrañó porque era como una extraña. Reímos de muchas cosas graciosas y me sentí normal por un momento.

Pero de un segundo a otro escuché una gran explosión que me dejó los pelos de punta.

—¿¡Qué rayos fue eso!?—dijo Calle exaltada.

Me levanté muy rapido y salí corriendo hacia la puerta para ver que pasaba. Calle me seguía atrás.

Mi corazón se sentía a todo dar, pero fue peor cuando vi que al otro lado de la puerta, uno de los edificios de la universidad estaba en completas llamas.

¿Qué estaba pasando?

Las personas de las otras habitaciones salieron al igual que nosotras y pude divisar a Sebastián, uno de mis amigos, acercarse en donde estabamos. Mi telefono también comenzó a sonar pero decidí dejarlo quieto y entender primero que pasaba.

—Oh por Dios—Calle tapaba su boca asombrada, pues el edificio comenzaba a derribarse.

Gracias a Dios el edificio estaba muy lejos de nosotras y no estabamos en peligro, sin embargo, esto me estaba preocupando mucho, no era normal.

—¡Poché! ¿Estás bien?—fue lo primero que dijo Sebas. Me inspeccionó completamente, aún sin notar a Calle.

—Si, claro que estoy bien. Pero ¿alguien me puede decir que está pasando?—dije un poco desesperada.

—No lo sé, pero hace unos minutos recibí un mensaje de mi madre diciendo que estuvieramos resguardados—dijo rascándose la nuca—. Debemos buscar a los demás.

—Concuerdo contigo.

—Esta bien. Estonces, tu buscas a Pau y yo a Mario. ¿Nos vemos aquí de nuevo?—preguntó algo acelerado.

—Si dale.

En cuanto le respondí, se fue corriendo a todo dar al apartamento de Mario. Miré a Calle y ésta estaba parada mirando el edificio destruyéndose.

—¿Estas bien Calle?—ella se volteó para verme.

—Si, si. Pero tengo un mal presentimiento.

—Entonces esperemos que no ocurra nada malo...Ven vamos, tenemos que llevarnos algunas cosas por si acaso.

Entramos de nuevo a mi apartamento y le dije a Daniela que buscara unos abrigos y cosas que consideraba importante y los metiera en una mochila. Yo me fui a la habitación y levanté el corchón para sacar la pistola que tenía guardada. La recargué y me la metí en el pantalón, también busqué las balas y las oculté en mi bolso. Me cambié la camisa de piyama que tenía a una negra y lo demás me lo dejé porque estaba cómoda con ese jean negro.

—¿Desde cuando tienes un arma?—escuché a Daniela atrás de mí. Se había cambiado la piyama por una camisa blanca y unos jean azules.

—Es una larga historia y aún no es el momento de contarla—me giré, me coloqué el bolso y fui hasta la salida—. Ven vamos. Debemos buscar a Paula.

Salimos de mi hogar y cuando miramos a nuestro alrededor habían personas que corrían por todas partes. Otras gritaban y otros estaban en el piso, muertos.

—Mierda—no pude evitar decir.

—¡Dios! ...Dime que ese señor no está muerto—murmuró Calle.

—Será mejor que nos vayamos rápido.

Caminamos y salimos del área de apartamentos de la universidad, nos encontrábamos cerca de los salones buscando la salida. Había llamado a Paula y me dijo que estaba en el estacionamiento, que se encontraba con Mario y Sebas, que nos estaban esperando. Pero todo era muy difícil al caminar. Habían personas que estaban lastimadas, se escuchaban muchos gritos y el llanto. Daniela estaba muy frustrada con todo eso, y no la culpo, porque no era yo para estar acostumbrada a ese tipo de cosas.

—¡Esa señora de ahí Poché! Debemos ayudarla—y estuvo a punto de irse, pero la tomé del brazo antes de que lo hiciera.

—Daniela no, tenemos que irnos—le dije seriamente sin soltar su brazo.

—Yo no soy tú para abandonar a las personas en un estado así—se soltó, pero a mi me hirvió la sangre. Ella no me conocía para estar hablando de esa manera.

Me puse al frente de ella, a encararla, porque había caminado unos cuantos pasos y estaba a punto de llegar a donde la señora.

—Quitate de mi camino—manifestó molesta.

—Ven conmigo Daniela, no estamos en posición de ayudar si no sabemos lo que...—me interrumpió.
—Quitate, te dije.

Pero como yo siempre hacía lo que me daba la gana y era tan terca.

—Daniela, no te lo diré más.

—¿Y que harás par...—no pudo terminar de decir.

Cerca de nosotras se produjo otra explosión en un salón que nos hizo caer al piso, cayendo inconciente de inmediato.

Cuando pude reaccionar de nuevo, no sabía que hora era y todo en mi cabeza retumbaba. Me intenté levantar, pero dolía mi pierna. Algo andaba mal. Vi a mi alrededor mientras esperaba estabilizarme de nuevo, no veía a Daniela por ningún lado y eso comenzaba asustarme. Comencé a respirar muy rápido, me estaba agobiando y veía que el fuego estaba cerca de mí.

—Tranquila Poché, tranquila, recuerda tu entrenamiento, no estás para estos arranques—me dije a mí misma.

Volví a intentar levantarme, mi pierna izquierda aún dolía pero debía soportar el dolor. Cuando estuve de pie, intenté caminar lo más lejos del fuego mientras veía a todas partes en busca de Daniela. No encontraba rastro.

Empecé a preocuparme después de salir del lugar, aún seguía sin saber donde estaba ella y eso me estaba matando por dentro.

Llegué a la cafetería y no se encontraba nadie, por lo cual me pareció extraño sabiendo que las personas buscarían salir y por aquí era una opción. Saqué mi pistola y aunque todavía estaba coja, me coloqué en posición mientras cojeaba hacia una esquina para intentar descansar allí. Cuando llegué, saqué mi celular, pero todo fue un desperdicio al ver que no había señal. Lo guardé y esperé unos minutos antes de levantarme de nuevo.

Estuve cerca de llegar a la salida, cuando de repente se fue la luz en toda la cafetería y se activaron las luces de emergencia. Me había extrañado que no sucediera antes.

Fue en ese momento que escuché unas pasos detrás de mí y me alerté.

Un chico. Y me miraba como si me conociera. Levanté mi arma en defensa.

—María José Garzón, es un placer conocerte—dijo con elegancia y al parecer todo de él lo era.

Un traje negro llevaba, con unos lentes negros y unos zapatos a juego. Era alto, y tenía conflexion musculosa. No creía conocerlo.

—¿Quién es usted? Y espero que todo este alboroto no haya sido provocado por su persona—le dije totalmente seria. Apunté su cara.

—Tranquila, no soy de explosiones y destrucción para charlar con alguien. He venido en paz, así que no creo necesario que me estés apuntando con tu arma. No te haré nada.

Pero yo no bajé mi arma, cosa que pareció no importarle.

—Soy Harry, trabajo en una asociación de protección, como tú lo hiciste en su tiempo. Vengo porque sé que eres la mejor en su campo.

—Sigue sin convencerme—pasé el seguro de la pistola.

—Se llama ML9. Trabaja desde hace años y sé que la conoces, sabemos que estuviste un tiempo en el ejercito, pero que después te uniste a la a fuerzas especiales después de que murió tu padre. Sólo necesitamos que te presentes, veas la misión y si quieres aceptar o no.

—¡No soy estúpida! ¡ML9 mataba a las personas que se negaban a una misión!—contesté un poco molesta. Después de dos años, no podían dejarme tranquila.

—Entonces es fácil, acepta y listo—y fue su sonrisa la que me dio más rabia.

—A la mierda—acerqué mi pistola a su cabeza.

—No es necesario que te chantajee Garzón. Sabes lo que pasaría con tus amigos... Tu madre—esa fue la palabra que me hizo explotar. Pero cuando estuve a punto de dispararle, sentí una presencia atrás y me di la vuelta encarando a esa otra persona mientras la apuntaba.

La sangre se me heló y no entiendo como fui tan estúpida. Daniela me apuntaba con un fusil muy cerca de mí.

—Agente D17 a la vista del objetivo—comunicó a un transmisor que tenía en su oreja.

—Esto es el colmo—dejé caer el arma.

El chico llamado Harry rió, lo cual me hizo molestar más, pero ya no podía hacer nada.

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Gaby♛

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