Gran historia querida, hay que tener cuidado y no toparse con esa chica tan mala.
Podrias ser convertido en algo indeseable.
Lamento lo del bombom mordido ojála recibas muchos dulces. Buen provecho a waldo se que los perros muchas veces nos dejan silvando en la loma y prueban nuestros guisos directo del plato.
Ya nos ha pasado y a habido varios platos quebrados, y mucho enojo de mamá..Feliz semana.
Ja ja ja, no controlan su instinto de hambre, siempre quieren comer.
Si, es mejor andar con cuidado, la chica mala está suelta, y con su varita de anguila podría convertirnos en cualquier cosa extraña. A mi una vez me convirtió en un guisante, por eso veo todo verde ahora, ja ja.
Un abrazo @galberto, es un gusto siempre tenerte por mis historias.
:)