Una de la características de la gente tóxica es esa especie de delirio de persecución o paranoia que le permite creer que todo el mundo está en su contra y por ende siempre andan a la defensiva.
Interesante cuando conozco de alguien que admite que fue tóxica, la mayoría de las veces esas personas no vuelven a ser así ya que justamente ser tóxico no te permite reconocer que lo eres. Por eso admitirlo es un gran paso de victoria.
Un abrazo @iamsaray
carpe diem