“Nos resistimos a la idea de ir tras nuestros sueños o salir de nuestra zona de confort porque estamos atados por nuestras percepciones de cómo es la realidad,” ¿En realidad queremos realmente salir de nuestra zona de confort y que tan confortable es? Entramos en contradicción con nuestra zona de confort cuando la vida nos golpea en el centro de nuestra conciencia, cuando nos empezamos a preguntar que hacer ante esta vida que nos tiene atrapados, ¿hasta donde sé como salir? Y cuando aparecen los ¿Comos? se nos presenta al frente una pared aparentemente irrompible, indestructible. Toda nuestra ignorancia se nos pone al frente. Nuestro único contacto con nuestra realidad es a través de los sentidos y nos es imposible “ver” con los ojos cerrados, nos es imposible reflexionar mas allá de lo que percibimos por nuestros sentidos, razón y sensibilidad se enfrentan, ignorancia y sabiduría se enfrentan, lanzarnos a aprender y la inmovilidad producida por nuestra zona de confort se enfrentan; y el campo de batalla, somos nosotros mismos. Platon afirmaba que La ignorancia es una enfermedad del alma y que Ignorar significa creer que se sabe, cuando en realidad no se sabe. En tanto que hombres-masa, que también lo somos, no entendemos que esa zona de confort no es otra cosa que la comodidad que nos produce permanecer en la ignorancia y atacar a quienes pretendan insinuarnos siquiera esa ignorancia, lo cual imposibilita la posibilidad de autogestionarnos en función de conseguir nuestros sueños y objetivos.
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