UNA VISION NECESARIA ACERCA DE LA NATURALEZA DEL HOMBRE...

in #spanish7 years ago (edited)

En una época en que los científicos sociales comienzan a hablar de la “muchedumbre solitaria”, nos preguntamos acerca del futuro de las relaciones humanas, cuya progresiva neurotización es probablemente el síntoma mas alarmante de una sociedad cada vez mas enferma, como lo constituye la sociedad humana de nuestros días

Se hace evidente que vivimos en un mundo que condena al hombre a la soledad. En un sistema en que la competencia, a todos los niveles, parece ser la motivación mas poderosa; donde el individuo se acostumbra a ver a los demás como rivales mas que como semejantes y, donde el espíritu de solidaridad queda ahogado por la agresividad impuesta por las circunstancias.

Pero ésta “agresividad circunstancial” ha sido objeto de profundas reflexiones acerca de si forma parte de la naturaleza humana. Se ha demostrado a través de las leyes de la evolución que la agresión biológicamente adaptativa está al servicio de la vida y es un impulso que el hombre comparte con todos los animales; pero también existe una canalización de los impulsos agresivos en el hombre que ya quedan en el campo eminentemente humano haciendo del hombre el único ser sobre el planeta capaz de sentir impulsos que lo mueven a matar y torturar sintiendo placer en ello, y que lo califican como el único animal capaz de aniquilar a individuos de su misma especie sin ningún provecho racional, biológico ni económico.

Sin embargo la agresión no solo se materializa en términos concretos de violencia física sino que con el desarrollo de la sociedad moderna y sus formas de organización se han hecho cada vez mas sutiles las formas de agresión y de control social existentes entre los seres humanos; a tal punto que existe todo un conjunto de mecanismos que arropan el universo de las relaciones humanas creando estados de saparatidad entre los individuos que se relacionan, los cuales no consiguen el vaso comunicante que les permita una comunión de intereses y acciones vitales para la satisfacción de sus necesidades.

Este conjunto de reflexiones, entre otras, nos lleva a pensar sobre si es valido hablar de una “naturaleza humana”; si existen una determinada cantidad de atributos específicos de la especie a la cual pertenecemos, y cuales son las características de estos atributos que nos definirían. Además de establecer, para efecto de nuestro análisis, si dentro de este conjunto de características, la soledad conforma un estado que niega o le es propio a la especificidad humana.

Para la mayoría de los pensadores, desde los filósofos griegos, era patente que hay algo llamado naturaleza humana, algo que forma la esencia del hombre. Aunque con opiniones distintas, se estaba de acuerdo en que tal esencia existe; es decir, que hay algo en cuya virtud el hombre es hombre. Así, se ha llegado a definir al hombre como un ser racional, un animal social, un animal capaz de hacer instrumentos (Homo faber) o un animal que hace símbolos.

Un enfoque histórico del hombre, a partir de un examen de la historia de la humanidad, indica que el hombre de nuestra época es tan diferente al hombre de tiempos pasados, que parecería poco realista suponer que en todas las épocas habían tenido los hombre en común algo llamado “naturaleza humana”.

El modo de ver histórico se corrobora a partir de los estudios en el campo de la antropología cultural. El estudio de los pueblos primitivos ha revelado tal diversidad de costumbre, valores, sentimientos y pensamientos, que muchos antropólogos han llegado a la idea de que el hombre nació como una hoja de papel en blanco, donde cada cultura pone su texto.

Al tratar de definir una esencia común a todos los hombres, los pensadores de diversas épocas, han abusado del uso de la idea de la existencia de una naturaleza humana, a cuyo amparo se han escudado para cometer los actos mas inhumanos. En nombre de la naturaleza humana, por ejemplo, desde Aristóteles hasta muchos pensadores del siglo XVIII defendieron la esclavitud; o bien para defender la racionalidad y necesidad de la forma capitalista de la sociedad, algunos estudiosos han tratado de defender la adquisitividad, la competitividad y el egoísmo como rasgos humanos innatos.

Sin embargo, el argumento principal en favor de la suposición de que hay una naturaleza humana es que podemos definir la esencia del homo sapiens en términos morfológicos, anatómicos, fisiológicos y neurológicos; presentando una definición exacta y generalmente aceptada de la especie humana con datos relativos a la postura, la formación del cerebro, los dientes, el régimen alimenticio y otros muchos factores con los que los diferenciamos claramente de los primates no humanos mas adelantados. Además del hecho, también aceptado, de que el hombre es un animal cultural y social, y que ha creado culturas y sociedades únicas en su genero y su complejidad.

Independientemente de la discusión de los pensadores, acerca de la existencia de una naturaleza humana, nosotros pensamos que existen un conjunto de características propias de nuestra especie y que nos diferencia de las otras especies en el hecho de que nuestro comportamiento ante nuestro entorno se encuentra alejado de nuestra dotación instintiva. Aparte de algunas reacciones elementales como al peligro o a los estímulos sexuales, no hay programa heredado que oriente al hombre sobre lo que debe decidir en muchos casos en que su vida dependa de una decisión acertada; lo cual coloca al hombre, desde el punto de vista biológico como la especie mas desvalida y frágil de todos los animales.

El proceso de reducción creciente en la determinación del comportamiento por los instintos puede trazarse como un continuo, en cuyo extremo cero hallaremos las formas mas bajas de la evolución animal y el grado mas alto de determinación instintiva, que va decreciendo con la evolución hasta los primates y llega a cierto nivel en los mamíferos; mientras que, la otra tendencia de la evolución animal, traza la evolución como un continuo, en cuyo extremo cero hallaremos los animales inferiores, con su estructura nerviosa mas primitiva y un numero relativamente pequeño de neuronas; y en el otro, el hombre, con una estructura cerebral mayor y mas compleja con un numero verdaderamente fantástico de conexiones interneuronales.

Este proceso de combinación de determinación instintiva mínima y desarrollo cerebral máximo, ausente en cualquier otra evolución animal, desde el punto de vista biológico, es el fenómeno trascendental en la conformación de nuestra especie. A partir del desarrollo de nuestro cerebro y sus capacidades de funcionamiento, es donde se establece el equilibrio con nuestros déficits instintivos, y le permiten al hombre adquirir la ventaja y el dominio sobre el resto de las especies existentes en nuestro planeta.

Este extraordinario desarrollo de su cerebro permite al hombre el desarrollo de sus funciones intelectuales. El intelecto guía al hombre hacia decisiones acertadas y su pensamiento ha adquirido una particularidad enteramente nueva; la conciencia de si mismo. El hombre es el único animal que no solo tiene inteligencia instrumental sino razón, capacidad de aplicar su pensamiento a la comprensión objetiva, o sea a conocer la naturaleza de las cosas tales y como son en si y no solo como medio para su satisfacción, el hombre sabe que es un ser aparte de la naturaleza y de los demás; comprende su impotencia y su ignorancia, y tiene conciencia de que su fin será la muerte.

La conciencia de si mismo, la razón y la imaginación han trastornado la “armonía” que caracteriza la existencia del animal. Su aparición ha hecho del hombre una anomalía, un mounstro del universo. Forma parte de la naturaleza, está sometido a sus leyes físicas y no puede cambiarlas, pero trasciende la naturaleza.

El hombre es el único animal que no se siente en la naturaleza como en su casa, que puede sentirse expulsado del paraíso, el único animal para quien su propia existencia es un problema que tiene que resolver y que no puede soslayar. No puede volver al estado prehumano de armonía con la naturaleza y no sabe adonde llegará si sigue avanzando. La contradicción existencial del hombre produce un estado de desequilibrio constante, el cual lo distingue del animal, que vive efectivamente en armonía con la naturaleza. Esto no significa que el animal lleve necesariamente una vida pacifica, pero si que tiene su nicho ecológico especifico, al que se han adaptado sus cualidades físicas por el proceso de la evolución.

Este desequilibrio existencial e inevitable del hombre lo ha empujado hacia un proceso de creación de si mismo en la búsqueda de una estabilidad relativa, lo ha obligado a almacenar su experiencia y a conformar una cultura. En su historia el hombre cambia de ambiente y en este proceso se cambia a si mismo. Aumenta su conocimiento, pero también la conciencia que de su ignorancia tiene; se experimenta como individuo, pero también siente la necesidad de unirse a sus iguales de especie, creando unidades sociales grandes y eficientes, y tomando conciencia de su ser social. Aumenta su capacidad de producción material, pero en el proceso se hace voraz , egoísta, y esclavo de las cosas que crea.

Esto nos lleva a buscar la índole del hombre, imposible de definir en función de una cualidad especifica, en función de las contradicciones que caracterizan la existencia humana y radican en la dicotomía biológica entre los instintos faltantes y la conciencia de si mismo. Este conflicto existencial produce ciertas necesidades psíquicas comunes a todos los hombres. Se ve obligado a sobreponerse al horror de su apartamiento, de su impotencia y de su desorientación y a hallar nuevas formas de relacionarse con el mundo que lo rodea.

La facultad que posee el hombre de tener conciencia de si mismo, de razonar e imaginar requiere un cuadro del mundo y de su lugar en él, que esté estructurado y tenga una cohesión interna. El hombre necesita un plano de su mundo natural y social, y sin él se confundiría y sería incapaz de obrar atinada y consecuentemente. No tendría modo de orientarse y de hallar un punto fijo que le permitiera organizar todas las impresiones que le llegan. Sea que creyera en la brujería y la magia, o en que los espíritus de sus antepasados, guiaban su vida y su destino, o en un dios omnipotente que premia o castiga, o en el poder de la ciencia para resolver los problemas humanos; desde el punto de vista de su necesidad de estructura y orientación, es igual. Su mundo tiene sentido para él y se siente seguro de sus ideas mediante el consenso de quienes lo rodean. Aunque el plano esté equivocado cumple su misión psicológica, mientras que la aproximación sea suficiente a la explicación de los fenómenos que sirva para el fin de vivir.

La imagen teórica corresponde a la verdad solo en el grado en que la practica de la vida está libre de sus contradicciones y de su irracionalidad. Siendo impresionante el hecho de que no hallamos ninguna cultura desprovista de esa estructura y orientación.

Pero en el comportamiento del hombre, un plano no basta como guía para la acción; el hombre necesita también una meta para saber adonde va. El animal no tiene estos problemas; sus instintos le proporcionan tanto planos como metas. Pero, el hombre, que no tiene determinación instintiva y posee un cerebro que le permite pensar las muchas direcciones en que podría ir, necesita un objeto de “devoción total”, un objeto de devoción que sea el punto focal de sus afanes y la base de todos sus valores efectivos. El objeto coordina sus energías en una dirección y lo eleva por encima de su existencia aislada, con todas sus dudas y su inseguridad.

En este orden de ideas, la escisión existencial del hombre seria intolerable si no pudiera establecer dentro de si un sentido de unidad consigo mismo y con el resto del mundo natural y humano. Este sentido de unidad lo ha conseguido en la medida en que, además del equilibrio entre sus deficiencias instintivas y el desarrollo del cerebro y sus funciones intelectuales, logra el camino del dominio de todo su entorno a partir de las respuestas sociales dirigidas a la satisfacción de sus necesidades. Es a partir de sus relaciones con los otros de su especie, donde el hombre logra la fuerza que la evolución natural le arrebató con su debilidad física respecto a otras especies animales. Como el camino al paraíso perdido está obstruido por la constitución biológica y en particular neurofisiológica del hombre, éste solo tiene una alternativa: o persiste en su ansia de regreso y le cuesta depender simbólicamente de una madre (O de substitutos simbólicos como la tierra, la naturaleza, dios, la nación, etc.) o progresa y halla nuevas raíces en el mundo por su propio esfuerzo, experimentando la hermandad del hombre, y liberándose del poder del pasado.

El hombre, consciente de estar aparte, necesita nuevos vínculos con el prójimo, su salud mental misma depende de ello. Sin fuertes lazos afectivos padecerá un aislamiento extremado y una gran desorientación. El problema es que puede relacionarse con los demás de modos diferentes y averiguables. Puede amar a los demás, lo que requiere la conformación de personalidades fuertes, independientes y productivas; o si su sentido de libertad no está desarrollado, puede relacionarse con ellos simbióticamente; o sea, haciéndose parte de ellos o haciéndolos parte de si. En esta relación simbiótica se esfuerza en dominar a los demás (Sadismo), o en ser dominado por ellos (Masoquismo). Si no puede escoger el camino del amor ni el de la simbiosis, puede resolver el problema relacionándose exclusivamente consigo mismo (Narcisismo); entonces él es el mundo, y ama al mundo “amándose” a si mismo.

Es esta una forma frecuente de resolver la necesidad de relación, por lo general mezclada con sadismo, aunque peligrosa ya que conduce a ciertas formas de trastornos del comportamiento. Por ultimo, el problema de relacionarse con los demás, también es resuelto a partir del ansia de aniquilar a los demás, partiendo de que si nadie existe fuera de mi, no tengo que temer a los demás, ni que relacionarme con ellos. Destruyendo el mundo impido que me aplaste.

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Imagen tomada de: http://memoriasdesoledad.blogspot.com/2010/11/darwin-y-la-naturaleza-humana.html

Tomada de una guia de estudio redactada por mi para mis alumnos. Basado en lecturas de Erich From, Karl Marx, Simone de Beauvoir

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Creo que empezaremos a construir una nueva sociedad desde la blockchain, falta poco para el crash, que haga más sencillo su implementación en la vida diaria y de allí en adelante muchas prácticas actuales perderán sentido.

Hace 2000 años, y eso es poco en la historia de la evolución, el hombre luchaba por dominar el ambiente aun en desventaja con otras especies. A partir de la segunda guerra mundial (menos de 100 añitos) se han desarrollado "herramientas y tecnologías" que tienen al planeta de rodillas frente a esta especie, el "blockchain" es una de las ultimas mas eficientes a nivel del procesamiento de la información; pero, todavía estamos en épocas prehistóricas en el manejo de las relaciones con el "otro humano" y cada vez, mientras mas "inventamos" checheres, mas nos dejamos solos sin saber como conseguir los vasos comunicantes que nos permita acompañar y acompañarnos en un entorno que se hace hostil para el individuo... No soy muy optimista.

Me encanta la obra de Erich Fromm. Saludos.

Es verdaderamente como para reflexionar el vacío existencial donde el hombre se ha sumido y pareciera que aun en un mundo tan sofisticado y lleno de tecnologías y de "Redes Sociales" el hombre mas antisocial se convierte, y el camino hacia una de sus esencias (ser social) cada vez se le pone mas difuso; esta tan preocupado en la tecnología, la globalización y el dominio del mundo, que su sadismo por el control total no le permite discernir que somos interdependiente y que el no reconocimiento de esta cualidad es lo que cada día nos hace mas anarquicos, egoístas, voraces, que nos lleva irreversiblemente hacia nuestra extinción, destino que veo mas seguro que cualquier otra cosa de tantas que se dicen en tantas convenciones y tratados demagogos de ciertos estados (estadistas) que se venden como la panacea para salvar la humanidad y no son mas que lobos rapaces vestidos de inofensivas ovejas, no quiero ser pesimista pero cuando observo el panorama no puedo llegar a un análisis mas favorable.