Sentí ganas de gritar, patalear y maldecir al mundo. ¿Por qué a mi?, ¿qué va a ser de élla?, ¿lo voy a ver sufrir? Una cascada de emociones
No sé que es lo que va a suceder ahora. Lo sé, lo sé, soy tu padre y se supone que lo debería de tener todo más o menos planeado
Ahora siento como si los dos juntos estuviéramos varados en el mar. Como si una corriente de olas nos golpease con fuerza en medio de una tormenta y solo pudiéramos dejarnos llevar. No estoy tratando de asustarte. Pero no tengo ni idea de qué hacer a continuación: no hay muchos manuales sobre la crianza de niños con autismo… y sí muchas preguntas.
Creo que tu misma ya te has dado cuenta de que eres un ser especial, y en esos momentos que pasamos tu y yo solos, se que me hablas con los ojos, con la mirada…sabes que te entiendo, y sabes que te amo, y mas de una vez haz hecho que se me salten las lagrimas cuando me das esos abrazos espontáneos camino a tus terapias. Son maravillosos, no dejes de dármelos jamás.
Te quiero tanto que a veces ardo por dentro. Nunca dejare de hacerlo porque tú y yo estamos aquí para caminar juntos. Estoy orgulloso de ti, de tus esfuerzos y de tus logros, y nunca estarás sola.
Aprenderé a conocer mejor tu mundo y a disfrutarlo contigo. No quiero ser tu guardián protector, hija mía. Quiero ser tu
papá