En un pequeño país tropical encontrado al norte del sur, se están clausurando los sueños. Se preguntaran ¿Cómo puede clausurarse algo tan etéreo como un sueño? ¿Es posible clausurar algo tan único y autentico? La respuesta es sí, de hecho, en este país se implementa su clausura masiva cada día.
¿Por qué alguien estaría interesado en clausurar los sueños? La respuesta es simple: porque los sueños son poderosos; si le das a alguien el poder de soñar y aspirar, le estas dando una fuerza inconmensurable. Para aquellos que quieren el control total sobre las masas, no es admisible tener soñadores entre sus filas, ya que se quiere implementar un sueño único, una única manera de ver las cosas, un único fin, y que otros tengan la capacidad de soñar cosas diferentes, se vuelve inadmisible y hasta peligroso. Por ello, se ven cada día en la necesidad de clausurar todos y cada uno de los sueños que puedan surgir, valiéndose de cualquier medio.
Ahora entonces, una pregunta interesante es: ¿Cómo haces que todo un país clausure sus sueños? No es una tarea sencilla, pero inicio muy despacio quitándonos las seguridades; si no estás seguro, si no te sientes a salvo, si no tienes una que otra garantía, se vuelve difícil soñar con un futuro. Empezaron quitándonos la seguridad personal y todo cada día se volvió más peligroso; el tiempo y la energía que muchos usaban para soñar y crear, se fue en tratar de resguardar lo poco que tenían; es así como se clausuraron los primeros sueños. Luego, nos fueron quitando la confianza en las instituciones del estado: ya no creíamos en la justicia, el debido proceso, en los servicios básicos, que dicho sea de paso podían, o no, estar presentes; ya nada era seguro y muchos volcaron su tiempo a encontrar soluciones paliativas a los grandes conflictos que se iban presentando día con día; así clausuraron sus sueños. A la par que todo esto ocurría nos quitaron algo aún más preciado y valioso, la seguridad alimentaria, para aquellos que no han pasado más de un día sin comer, debo decir, que soñar con el estómago vacío es bastante cuesta arriba, entonces los pocos soñadores que quedaban se volcaron a tratar de poner el pan en sus mesas, una labor que los pone en un continuo tiempo presente, impidiéndoles soñar con un futuro. Es así como paulatinamente los sueños fueron clausurados y convertidos tan solo en retazos de ideas sin sentido en la mente de los que tristemente habitan esta nación.
Puede ser difícil de creer que a una nación completa se le prohíba deliberadamente su derecho a soñar. Pero para que comprendan de mejor manera, lo pondré en contexto.
En este lugar se vive en un eterno tiempo presente. El miedo nos paraliza, nos niega la oportunidad de soñar, nos dedicamos cada mísero segundo a pensar cómo vamos a poner la siguiente comida en la mesa. Es un calvario desde que nos levantamos en la mañana y nos planteamos la pregunta, ¿De qué manera llegare a la escuela/ trabajo/ Universidad/ mercado hoy? Para los participantes de esta nación, tan ultrajada y maltratada, una pregunta tan simple se transforma en un tormento, lleno de variables fallidas, peligros inminentes, amenazas implícitas, que empiezan desde el hecho de que el transporte público es una plataforma que colapsa de manera catastrófica cada minuto por falta de insumos básicos y repuestos para las unidades colectivas, este muere de forma miserable cada vez que un ciudadano pasa horas en una parada esperando el autobús, en el cual, dicho sea de paso, pueden ocurrir los más atroces crímenes y las más tristes demostraciones de carencia moral, al menos una vez cada día; los mendigos y necesitados desfilan uno a uno, para rebuscar entre la lastima y la intimidación su próxima comida, y los pasajeros para los cuales esto ya es considerado como algo “Normal” solo esperan poder llegar a tiempo a sus destinos.
Ahora luego de la descripción de como algo que debería ser sencillo es tan complejo para los ciudadanos de a pie, es comprensible que exista algo que denominaremos un “Éxodo de soñadores”. Todos los soñadores que no se resignan a dejar atrás sus sueños, ni vender sus ideales, se ven en la obligación de emigrar a otras latitudes, donde no se tenga la clausura de sueños como política de estado. Sin embargo, esta tierra tan noble es capaz de sorprendernos día a día con soñadores que luchan por mantener vivos sus sueños a como dé lugar, pelean con uñas y dientes, pero también con una sonrisa. Lo vemos con los aspirantes a médicos, con sus batas blancas, en sus hospitales sin insumos básicos, pero llenos de personal dispuesto a ayudar, en los estudiantes de ingeniería con sus soluciones ingeniosas a problemas cotidianos usando solo los materiales más elementales, los maestros que pese a las vicisitudes van a sus trabajos, aun con los estómagos vacíos, a dar la mejor educación que pueden y formar al futuro del país. Esta es la gente valiosa, la que lucha y no se conforma, la que da lo mejor de sí.
Ilustracion de mi autoria la pueden encontrar en mi Instagram
Los sueños son poderosos y la voluntad es un combustible inagotable, aquí pese a las dificultades abundan las sonrisas, las manos amigas, los abrazos fraternales. Creo firmemente que una tierra tan valerosa algún día recobrara esa fuerza que tuvo en momentos pasados y será de nuevo “Un lugar soñado”.
Por Gina G. Perez Flores
Hola amiga te apoyamos, tienes nuestro voto. La triste realidad de cada día.!
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Y FORMA PARTE DE ESTA FAMILIA DULCE :)
Muchas gracias.
Un gran escrito...por experiencia propia se lo que es que un sueño propio sea clausurado...
Gracias!
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Muchísimas gracias, y gracias por la invitación me uniré.
Hola Gineska, todos los que no nos conformamos compartimos ese sentimiento, ya yo lo decía hace un par de años tal cual lo relatas hoy. Has dado en el punto: es una clausura sistemática. Gran claridad.
Gracias, me gusta saber que me leen y me entienden.