“No quieras a tu padre, nos ha hecho mucho daño”… EL SAP (SÍNDROME DE ALIENACIÓN PARENTAL)

in #spanish7 years ago (edited)

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“No quieras a tu padre, nos ha hecho mucho daño”


El Síndrome de Alienación Parental es un término que acuñó el médico psiquiátra estadounidense Richard Gardner en el año 1985.

La definición de este polémico término es considerada aún como “pseudocientífica”, esto es, que según los criterios de la Organización Mundial de la Salud y la Asociación Americana de Psicología, carece de suficiente estructura y fundamento metodológicos como para que encaje dentro de los patrones que impone de la investigación científica tradicional para aprobar un estudio como válido.

Independientemente de lo antes expuesto, (y tomando en cuenta que los prejuicios de la ciencia positivista ya están siendo cuestionados por la mirada posmoderna de la búsqueda del conocimiento), no existe nada más cierto y comprobable que la existencia del SAP, que pone en jaque la vida emocional de los hijos generando alianzas tóxicas con uno de sus dos progenitores en contra del otro. Por lo general, la alianza se crea con la madre en contra del papá, aunque existen excepciones de la regla.

En nuestra sociedad venezolana, y en los países latinos, el centro emocional del hogar es la madre (esté o no la figura paterna). De hecho, Alejandro Moreno asegura que en nuestro país (Venezuela), más que maternidad existe “madredad” al describir lo determinante que es la madre en la vida de nuestras familias. Esa debe ser, en parte, la explicación de por qué las estadísticas indican que el SAP casi siempre se inclina a favor de la figura materna.

"No existe nada más cierto y comprobable que la existencia del SAP"


El SAP se hace más palpable en situaciones donde las parejas se separan y emprenden los dolorosos y muchas veces largos procesos legales para la definición de la patria potestad de los hijos. En los procesos de pelea legal es donde se hace más evidente, pero el SAP también sucede cuando la pareja, aún estando en conflicto permanente, decide mantenerse bajo el mismo techo en pugna y teniendo como principales espectadores de la situación a los hijos que con la carga de esa experiencia ya están condenados a llevar sobre las espaldas el peso de una concepción distorsionada y conflictiva de la conformación de pareja y de familia.

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La forma más cotidiana de comprobar la existencia de una familia donde se produzca el SAP es cuando una de los progenitores verbaliza cosas a sus hijos que buscan ponerlos en contra de otro. Verbalizaciones como: “no le importamos”, “tu padre nos abandonó”, “nos ha hecho mucho daño”, “pasamos trabajo por su culpa”, “no nos respeta”, “no le nombres”, “si lo tratas bien me traicionas”, etc… son frases comunes que destrozan la imagen que los hijos tienen de sus padres y le ocasionan un dilema de lealtad emocional, generando un grave golpe a su autoestima y seguridad personal, porque la falta de inteligencia emocional del padre que manipula no toma en cuenta que la autoestima del niño(a) debe amar, estar conforme y honrar tanto su parte materna como paterna, pues es producto de ambas. Odiar uno de sus dos orígenes es inocular y promover el odio para consigo mismo, aparte de distorsionar indiscutiblemente su futuro como adulto que no estará en condiciones de asumir vínculos sanos y/o adecuados. Es, de alguna manera condenarlos a una vida adulta en conflicto (en el caso de que la persona no trabaje esas situaciones existenciales y las confronte con un terapeuta).

Poner sobre el tapete la existencia de este síndrome persigue que hagamos conciencia de una situación que es extremadamente común y con la que los profesionales de la conducta debemos lidiar comunmente. A veces el ponerle nombre a las situaciones cotidianas ayuda a identificarlas y buscar darles una salida adecuada y que subsane daños (si es que ya han llegado a generarse).

Hay que estar muy atentos de estas situaciones dentro de la famiia, en el colegio, en la comunidad donde vivimos, en nuestros sitios de labores. Darnos cuenta que nosotros u otros están dentro la dolorosa dinámica que promueve el SAP nos ayudará a ser concientes de esa situación y a ser capaces de buscarle respuestas si ya está sucediendo, así como puede servir para evitarla si no la hemos vivido.

Alerta, el SAP (Síndrome de Alienación Parental) existe y es doloroso. Y deja cicarices profundas y difíciles de atenuar que marcan la vida adulta de nuestros niños y adolescentes. Hagamos prevención, sanemos nuestras relaciones, sanemos nuestra vida emocional. Los niños(as) tienen derecho a crecer en un entorno familiar lo más armónico posible. A veces una separación a tiempo evita estos ambientes tóxicos, y la visita a un terapeuta es la solución más responsable. Ya basta de resistirse con la excusa de “no estar loco”.

  • Texto propio -

María Dolores Delgado Rosales. Lic. en Educación Mención, Cs. Pedagógicas, Área Orientación. Msc en Orientación Educativa. Universidad del Zulia (LUZ)

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oh ese fue mi pan de cada dia cuando era pequeño XD al final termino verga dándome igual lo que ambos decían y los quiero a los dos

Saludos y cariños... claro, el amor por los padres siempre está. Lo importante es concienciar la experiencia de vida que consideramos difícil, digerirla y aprender de ella para evitar repetición de patrones y establecer relaciones de pareja y con los hijos sanas y nutritivas.