Obra de Paige Bradley
La Resiliencia es un término que se ha puesto se ha puesto “de moda” en los últimos tiempos, sin embargo, como proceso humano es tan antiguo como la existencia misma. El ser humano nace con el potencial innato de superar dificultades.
El término Resiliencia fue acuñado por el neurólogo, psiquiátra y pasicoalista francés Boris Cyrulnik para definir la capacidad innata que tiene el ser humano para enfrentar adversidades, superarlas y salir fortalecido de ellas.
Aún cuando el término resiliencia ya se identifica para hacer referencia a esta capacidad natural de recuperación humana ante situaciones que le impactan negativamente, su origen proviene de la física, y la imagen con la que más se le ha vinculado es con un resorte. Eso sucede porque desde el punto de vista de la física existen materiales capaces de absorber fuertes impactos, golpes y volver a su estado original o, al menos acercarse a él. También la imagen del resorte es una metáfora que representa gráficamente cuando el ser humano por razones de la vida toca fondo en alguna circunstancia y es capaz de impulsarse y salir del foso fortalecido de la experiencia traumática o adversa.
La resiliencia es intuición humana natural para renacer del sufrimiento.
Obra de Paige Bradley
Ahora bien, en el título de este breve artículo hablo de “arte”… cuando me familiaricé con el concepto de resiliencia siempre sentí que, al ser una capacidad humana natural, intuitiva, se volvía una una forma potencial de convertirnos en artistas creadores y recreadores de nuestra propia existencia. Todos los seres humanos pasamos por circunstacias adversas, por situaciones límites, por duelos (por muertes, ausencias físicas o emocionales), por fracasos, por abandonos, etc… todos hemos estado en algún momento en situaciones que nos restan energía y ponen en jaque nuestra fe en la vida y nuestra motivación. Sin embargo, el ser humano ha demostrado que una vez que digiere el momento extremo de la adversidad que se le presente tiene el potencial de reacomodar su emocionalidad ante el hecho y resurgir con nuevas fuerzas superando muchas veces, no sólo el dolor de la experiencia vivida, sino saliendo fortalecido de dicha adversidad y haciendo de ella una razón para el crecimiento y hasta para la actividad creativa que nutre y propone otros escenarios para continuar el camino.
Poco tiempo después de mi proceso de búsqueda de bibliografía para el protocolo doctoral en el que exploraba argumentos teóricos para demostrar que el arte, y específicamente la cantautoría (composición de letra y música de canciones) puede ser una herramienta para el desarrollo de procesos de resiliencia, encontré una hermosa analogía entre el concepto de Resiliencia y el arte japonés llamado “Kintsugi”. El Kintsugi es una técnica japonesa antigua en la que piezas de cerámica que se han roto o deteriorado son unidas y/o reparadas con oro para que ésta vuelva a lucir como ornamento con su cura dorada exhibida.
A diferencia de lo que las normas de decoración y hasta del muy referido fen shui sugieren, el kintsugi no pone énfasis en la apariencia física de la pieza decorativa y tampoco es de su interés que la reparación que se le hace con oro se disimule o no se note, todo lo contrario, el kintsugi valora las heridas de la cerámica y considera que la pieza reparada tiene aún más valor que una que jamás haya sido restaurada, pues el tesoro está en la historia que se encuentra en ella, en su significado, en el tiemp y en el tránsito que representa. Por lo tanto, las curas de oro que vuelven a juntar la pieza son como medallas de honor a la experiencia y al tiempo transcurrido y a lo que ellos significan.
La vida humana es como el kintsugi. Estamos hechos de experiencias hermosas, de satisfacciones, de alegrías y de éxitos. Pero también estamos hechos de sinsabores, de situaciones adversas, de dolores, pérdidas y fracasos. Lo importante de ello es comprender que no existe experiencia traumática o difícil que no deje una huella aprovechable o un aprendizaje que nos permita ser mejores. El hombre está capacitado para superar el dolor, tanto físico como emocional (ambos se conectan con la dimensión espiritual que el ser humano representa de muchas formas distintas), esas heridas sanadas en nuestra vida son como los hilos de oro que restauran la cerámica japonesa, haciéndola, no sólo más fuerte, sino más valiosa y duradera.
Obra de Paige Bradley
Para ir cerrando, era de mi interés poner sobre el tapete la importancia de conocer que nuestra innata capacidad para superar adversidades hoy tiene nombre; RESILIENCIA… y que la asunción conciente de ella nos hará hermosas piezas de arte restauradas y fortalecidas. Ser resilientes es una responsabilidad vital. Aprender de lo adverso es un aprendizaje invaluable que, incluso, nos hace tutores de resiliencia de aquellos que pasan por momentos difíciles.
Seamos artistas de nuestra propia resiliencia, hagamos de nuestra experiencia vital un kintsugi constante, hermoso y motivador.
Texto propio
María Dolores Delgado Rosales. Lic. en Educación Mención, Cs. Pedagógicas, Área Orientación. Msc en Orientación Educativa. Universidad del Zulia (LUZ). Docente Universitaria
un orgullo seguirla, gracias por tan grata explicación saludos @alexlamas la voto
muchas gracias, aún me estoy familiarizando con estos predios cibernéticos. Disculpe la tardanza en responder. Gracias por su comentario, orgullo es para mí.
Excelente contenido, totalmente de acuerdo con el termino y ciertamente lo aplicamos para crecer a diario y superar cualquier adversidad, upvote y te sigo
mil gracias, si, es un término interesante y cotidiano que es bueno conocer para asumirlo con conciencia. Gracias por comentarlo y por seguirme, será recíproco.
Congratulations @girasolestallao! You have completed some achievement on Steemit and have been rewarded with new badge(s) :
You made your First Comment
Click on any badge to view your own Board of Honor on SteemitBoard.
For more information about SteemitBoard, click here
If you no longer want to receive notifications, reply to this comment with the word
STOP